miércoles, 27 de julio de 2011

Fernando Tarrida de Marmol y el anarquismo sin adjetivos


Barcelona, 7 de agosto de 1890
Compañeros de La Révolte:

Fernando Tarrida

Quisiera explicar con claridad la idea que me hago de la táctica revolucionaria de los anarquistas franceses; a ello se debe que, no pudiendo escribir una serie de artículos como haría falta, os envío esta carta. De ella sacaréis lo que contenga de bueno.

La decisión revolucionaria no ha faltado nunca en el carácter francés, habiendo demostrado los anarquistas, en infinidad de circunstancias, que no carecen de propagandistas y de revolucionarios. El número de adherentes es bastante grande y... con grandes pensadores, propagandistas decididos y adeptos entusiastas, Francia, en verdad, es el país donde se producen menos actos importantes para la anarquía. Esto es lo que me hace pensar. He aquí por qué os he dicho que creía que vuestra táctica revolucionaria no era buena. Nada fundamental divide a los anarquistas franceses de los anarquistas españoles y, sin embargo, en la práctica, nos encontramos a gran distancia. Todos nosotros aceptamos la anarquía como la integración de todas las libertades y su sola garantía; como la impulsión y la suma del bienestar humano. No más leyes ni represiones; desarrollo espontáneo, natural en todos los actos. Ni superiores ni inferiores, ni gobiernos ni gobernados. Anulación de toda distinción de rango; solamente seres conscientes que se buscan, que se atraen, discuten, resuelven, producen, se aman, sin otra finalidad que el bienestar común. Así es como todos concebimos la anarquía, como todos concebimos la sociedad del porvenir; y es para la realización de ese concepto que trabajamos todos. ¿Dónde, pues, están las diferencias?

Según me parece, vosotros, extasiados por la contemplación del Ideal, os habeis trazado una línea de conducta ideal, un puritanismo improductivo, en el cual malgastáis cantidad de fuerzas que podrían hacer desaparecer a los más fuertes organismos y que, así mal empleadas, nada producen. Olvidáis que no estáis rodeados por seres libres, celosos de su libertad y de su dignidad, sino por esclavos que esperan ser liberados. Olvidáis que vuestros adversarios están organizados y todos los días procuran fortalecerse más para continuar imperando. Olvidáis, en fin, que aun los que trabajan para el bien viven en la desorganización social actual y están llenos de vicios y prejuicios.

De todo esto se deduce que aceptáis una libertad absoluta y todo lo esperáis de la iniciativa individual, llevada a un punto tal en que ya no hay pacto o acuerdo posibles. Sin acuerdos, sin reuniones en las cuales se tomen resoluciones, lo importante y esencial sería que cada cual haga lo que más le plazca. Con el resultado de que si alguien desea hacer algo bueno, carece de lugar para reunirse con todos los que piensan como él, con el fin de exponer su iniciativa, escuchar sus consejos y aceptar su concurso; debe hacerlo todo por sí mismo o no hacer nada.

De este modo, crear comisiones para trabajos administrativos, o fijar contribuciones para hacer frente a tal o cual necesidad, sería una imposición. De manera que si un compañero o un grupo quiere relacionarse con todos los anarquistas de Francia o del mundo para una determinada idea, no puede hacerlo y debe renunciar a la idea. Todo cuanto no sea la revolución social sería así una tontería. ¿Preocuparse los anarquistas porque los salarios se vuelvan aún más insuficientes, porque la jornada de trabajo se alargue, porque se insulte a los obreros en los talleres o porque las mujeres sean prostituidas por los patronos? Vuestro criterio es que mientras dure el régimen burgués esas cosas ocurrirán siempre y sólo hay que preocuparse por la meta final. Procediendo así ocurre que la mayoría de los proletarios que sufren y creen en una liberación próxima no hacen caso a los anarquistas.

Si continuara podría amontonar ejemplos, que nos llevarían siempre al mismo resultado: impotencia. No porque vosotros carezcáis de elementos, sino porque están dispersos, sin conexión entre ellos.

En España seguimos una táctica completamente diferente, que a no dudar para vosotros será una herejía digna de la mayor excomunión, una práctica falaz que debe separarse del campo de acción anarquista. No obstante, creemos que solamente de este modo podremos hacer penetrar nuestras ideas en el seno del proletariado y deshacernos del mundo burgués. Al igual que vosotros, deseamos la pureza del programa anarquista. Nada hay tan intransigente y categórico como las ideas. No admitimos términos medios y ninguna clase de atenuantes. Por eso en nuestros escritos tratamos de ser tan explícitos como podemos. Nuestro norte es la anarquía, el punto que deseamos alcanzar y hacia el cual dirigimos nuestra marcha. Pero en nuestro camino hay toda clase de obstáculos y para despejarlo empleamos los medios que nos parecen mejores. Si no podemos adaptar nuestra conducta a nuestras ideas, lo hacemos saber, tratando así de acercarnos lo más posible al Ideal. Hacemos lo que haría un viajero que quisiera ir a un país de clima templado y para llegar a él debiera atravesar los trópicos y las zonas glaciares: iría provisto de ropa liviana y de buenas mantas, que dejará a un lado llegado a destino. Sería estúpido y también ridículo querer pelear a puñetazos contra un enemigo tan bien armado.

De lo expresado procede nuestra táctica. Somos anarquistas y expresamos la anarquía sin adjetivos. La anarquía es un axioma y la cuestión económica algo secundario. Se nos objetará que es por la cuestión económica que la anarquía es una verdad. Pero nosotros creemos que ser anarquista significa ser adversario de toda autoridad e imposición y, por consecuencia, sea cual sea el sistema que se preconice, es por considerarlo la mejor defensa de la anarquía, no deseando imponerlo a quienes no lo aceptan.

Lo que no quiere decir que pongamos de lado la cuestión económica. Al contrario, nos agrada discutirla, pero solamente como una aportación a la solución o soluciones definitivas. Cosas excelentes han dicho Cabet, Saint-Simon, Fourier, Robert Owen y otros; pero todos sus sistemas han desaparecido porque querían encerrar a la Sociedad en los conceptos de sus cerebros, aunque mucho de bueno hicieran para el esclarecimiento de la gran cuestión.

Observad que desde el instante en que proponéis delinear la sociedad futura por un lado surgen las objeciones y las preguntas a los adversarios; y por el otro, el deseo natural por hacer una obra completa y perfeccionada nos llevará a inventar y trazar un sistema que, de ello estamos seguros, habrá de desaparecer como los otros.

Del individualismo anarquista de Spencer y otros pensadores burgueses, hasta los anarquistas-individualistas socializantes –no encuentro otras expresiones- hay una gran distancia, como ocurre entre los anarquistas colectivistas españoles de una región a otra; entre los mutualistas ingleses y norteamericanos, los comunistas libertarios, etc.

Kropotkin, por ejemplo, nos habla de la aldea industriosa, reduciendo su sistema, o si se quiere su teoría, a la reunión de pequeñas comunidades que producen lo que quieren, el actual progreso de la civilización. En cambio Malatesta, que también es comunista libertario, desea la construcción de grandes organizaciones intercambiando sus productos, que aún habrán de aumentar la potencia creadora y la asombrosa actividad de este siglo XIX, exenta de toda acción nociva.

Cada persona inteligente señala y crea rutas nuevas para la sociedad futura, haciendo adeptos por fuerza hipnótica –si así se puede decir-, sugestionando a otros cerebros con estas ideas. Todos, en general, tenemos sobre esto nuestro plan particular.

Convengamos, pues, como casi todos hemos hecho en España, en llamarnos simplemente anarquistas. En nuestras conversaciones, en nuestras conferencias y en nuestra prensa, discutamos sobre las cuestiones económicas, pero nunca las mismas deberían ser causa de división entre los anarquistas. Para el desarrollo de la propaganda, para la conservación del Ideal, tenemos necesidad de conocernos y vernos, debiendo para esto constituir grupos. En España los hay en casi todas las ciudades, pueblos y aldeas donde hay anarquistas. Son la fuerza impulsora de todo movimiento revolucionario. Los anarquistas no tienen dinero ni medios fáciles para procurárselo; para obviar esto, la mayoría de nosotros se ha impuesto una pequeña contribución semanal o mensual.

Procediendo así, podemos mantener las relaciones necesarias entre todos los asociados y podríamos tenerlas con toda la Tierra, si los otros países tuviesen una organización como la nuestra. En nuestros grupos no hay autoridad. Ponemos a un compañero como secretario para recibir la correspondencia, a otro como cajero, etc. Cuando son ordinarias, las reuniones se hacen cada semana o cada quince días; si son extraordinarias, cuantas veces sea necesario. Para ahorrar gastos y trabajo, y también como medida de prudencia en caso de persecución, se crea una comisión de relaciones a escala nacional. La que no toma iniciativas. Quienes la componen deben dirigirse a su grupo si desean hacer proposiciones. Su misión es la de hacer conocer a todos los grupos las resoluciones y proposiciones que se le comuniquen desde uno o varios grupos, tomar nota de todas las direcciones que se le comunican y enviarlas a los grupos que las solicitan, para ponerse en relación directa con otros.

Tales son las líneas generales de la organización que fue aceptada en el congreso de Valencia y de la que hablasteis en La Révolte. El bien que produce es inmenso. Es el que mantiene vivas las ideas anarquistas. Pero, estad seguros, si redujéramos nuestra acción a la sola organización anarquista, obtendríamos poca cosa. Acabaríamos por transformarla en una organización de pensadores discutiendo sobre ideas, que con seguridad degeneraría en una sociedad de metafísicos discutiendo sobre palabras. Algo y mucho de esto os ocurre a vosotros en Francia. Al emplear vuestra actividad solamente para discutir sobre el Ideal, acabáis discutiendo sobre el significado de los vocablos. Unos os llamais egoístas y otros altruístas, para querer ambos la misma cosa; u os llamais comunistas libertarios los unos y los otros individualistas, para en el fondo expresar las mismas ideas.

No debemos olvidar que la mayoría de los proletarios está obligada a trabajar un número excesivo de horas, que se encuentra en la mayor miseria y que, por consecuencia, no puede comprar libros de Buchner, Darwin, Spencer, Lombroso, Max Nordau, etc., de los cuales apenas si conoce los nombres. Y si aún el proletario pudiese procurarse libros, carece de estudios preparatorios de física, química, historia natural y matemáticas necesarios para comprender bien lo que se lee. Tampoco tiene tiempo para estudiar con método ni su cerebro está lo bastante ejercitado para poder asimilar bien estos estudios. Hay excepciones como la de Esteban en Germinal. Sedientos por saber, devoran cuanto pueden leer, pero casi nada retienen.

Nuestro campo de acción no está solamente en el seno de los grupos, sino en medio del proletariado.

Es en las sociedades de resistencia donde estudiamos y preparamos nuestro plan de lucha. Estas sociedades existirán mientras dure el régimen burgués. Los trabajadores que no son escritores, poco se preocupan de si existe o no libertad de prensa. Los trabajadores que no son oradores, poco se ocupan de la libertad de reunión. Consideran que las libertades políticas son cosa secundaria, pues todos desean mejorar su condición económica en el presente, sacudiendo el yugo de la burguesía. Debido a esto habrá sindicatos y sociedades de resistencia mientras persista la explotación del hombre por el hombre. Aquí está nuestro lugar. Abandonando a los proletarios como vosotros habéis hecho en Francia, caen presa de cuatro vividores que hablan a los trabajadores de socialismo científico o practicismo, posibilismo, colaboracionismo, amontonamiento de capitales para sostener huelgas pacíficas, solicitudes de ayuda y apoyo a las autoridades, etc., con el fin de adormecerlos y frenar su impulso revolucionario. Si los anarquistas estuviesen en estas sociedades, al menos impedirían que los adormecedores hicieran propaganda contra nosotros. Y si además ocurriese, cual pasa en España, que los anarquistas fuesen los miembros más activos de dichas sociedades, los que hacen todo el trabajo necesario sin retribución alguna, contrariamente a dichos adormecedores que explotan a los proletarios, ocurriría que estas sociedades estarían siempre de nuestro lado. En España son estas sociedades las que, todas las semanas, compran periódicos anarquistas en gran cantidad para distribuirlos gratis a sus miembros; son estas sociedades las que dan el dinero para sostener nuestras publicaciones y para socorrer a los prisioneros y a los perseguidos. Por nuestra conducta mostramos en estas sociedades que luchamos por amor a nuestras ideas. Además, vamos a todas partes donde hay obreros e incluso a donde no los hay, cuando creemos que nuestra presencia puede ser útil a la causa de la anarquía. Así es como en Cataluña (y ahora también ocurre en las otras regiones de España) no existe un municipio en donde no hayamos creado, o al menos ayudado a crear, corporaciones con el nombre de círculos, ateneos, centros obreros, etc., que sin llamarse anarquistas y sin serlo realmente, simpatizan con nuestras ideas.

Allí damos conferencias puramente anarquistas, propagando en las reuniones musicales o literarias nuestros trabajos revolucionarios. En estos lugares, sentados en la mesa del café, discutimos y nos vemos todas las noches. O estudiamos en la biblioteca.

Es en sitios así donde instalamos las redacciones de nuestros periódicos y los que llegan como canje van a parar al salón de lectura. Todo esto con una organización libre y casi sin gastos. Por ejemplo, en nuestros círculos de Barcelona no se está obligado a ser socio; lo son quienes quieren y la contribución de 25 céntimos al mes es también voluntaria. De los tres mil obreros que vienen a nuestros locales, solamente trescientos son socios. Podríamos afirmar que estos locales son los focos de nuestras ideas. Sin embargo, aunque el gobierno ha buscado siempre pretextos para cerrarlos, no lo ha logrado, pues no se rotulan anarquistas y tampoco es en ellos donde se tienen las reuniones específicas. Nada se hace en dichos lugares que no se haría en no importa qué café público; pero como allí van a menudo todos los elementos activos, a menudo surgen grandes cosas. Y esto sin formulismos, saboreando una taza de café o un vaso de aguardiente.

Tampoco olvidamos a las sociedades cooperativas de consumo. En casi todos los pueblos de Cataluña, excepto en Barcelona, donde es imposible a causa de las grandes distancias y del modo de vivir, se han creado cooperativas de consumo. Allí los obreros encuentran comestibles más baratos y de mejor calidad que en las tiendas minoristas; y esto sin que ninguno de los socios mire a la cooperación como meta final, sino solamente como un buen medio que debe aprovechar. Hay sociedades coooperativas que hacen grandes compras y que tienen un crédito de cincuenta o sesenta mil pesetas. Han sido de gran utilidad en la huelga, dando créditos a los obreros. En los ateneos de los señores –o de los sabios, cual se los llama- se discute sobre el socialismo; entonces van dos compañeros a inscribirse como miembros (si no tienen dinero se lo da la corporación) y sostienen allí nuestro Ideal.

Lo mismo hace nuestra prensa. Nunca deja de lado las ideas anarquistas; pero da cabida a manifiestos, comunicaciones y noticias que, aunque puedan parecer sin importancia, sirven, sin embargo, para hacer penetrar nuestro periódico y con él nuestras ideas en los pueblos o en los círculos que no las conocían. He aquí nuestra táctica y creo que, si se la adoptase en otros países, pronto verían los anarquistas ampliarse su campo de acción.

Pensad que en España la mayoría no sabe leer y, sin embargo, se publican seis periódicos anarquistas, libros, folletos, etc., en gran cantidad. Continuamente se dan mítines y, sin que tengamos grandes propagandistas, se producen hechos muy importantes.

En España, la burguesía es despiadada y rencorosa, no pudiendo sufrir que alguien de su clase simpatice con nosotros. Cuando algún hombre de posición se pone de nuestro lado, se le saca enseguida todo medio de vida, obligándole a que nos abandone, de manera que sólo puede ayudarnos en privado. Al contrario, la burguesía le da cuanto desea si se aleja de nosotros. Por consiguiente, todo el trabajo a favor de la anarquía reposa en los hombros de los trabajadores manuales, que por él deben sacrificar sus horas de descanso.

Si en Francia, Inglaterra, Italia, Suiza, Bélgica y América del Norte, donde hay un número bastante grande de buenos elementos, se cambiase de táctica ¡qué progreso haríamos!

Creo haber dicho bastante para hacerme comprender de vosotros.

Vuestro y de la revolución social.

miércoles, 1 de junio de 2011

Respuesta de Algunos Anarquistas Rusos a la "Plataforma" x Varios Autores

CAUSAS DE LA DEBILIDAD DEL MOVIMIENTO ANARQUISTA

No estamos de acuerdo con la afirmación de la Plataforma (que la causa principal y mas importante se encuentra en la ausencia de principios organizativos). Consideramos muy importante este desacuerdo puesto que sobre esto la posición de la Plataforma provoca en los camaradas una tendencia a buscar una organización centralizada (un partido) que efectivamente podra establecer una línea política y tactica en el movimiento anarquista. Precisamente esta condición implica una sobreestimación de la importancia y del papel de la organización.

Queremos subrayar que no estamos en contra de una organización anarquista; estamos conscientes de todo el mal que hizo la desorganización en el movimiento anarquista; consideramos que la creación de una organización anarquista es una de nuestras tareas mas urgentes ... Pero no consideramos que la organización, como tal, pueda curar y arreglarlo todo, dicho de otro módo, no exageramos su importancia y no vemos ni el provecho ni ia necesidad de sacrificar los principios y las ideas del anarquismo ni siquiera para la organización.

En cuanto a las razones que causan la debilidad del movimiento anarquista, resaltamos varias:

1) La confusión que existe en nuestras ideas relativa a una serie de posiciones fundamentales, por ejemplo, la concepción de la revolución social, de la violencia, la creatividad de las masas, el período de transición, la organización, etc.

2) Las dificultades que se presentan para que una gran parte de la población acepte nuestras ideas. Tomando en cuenta los prejuicios, las costumbres, la educación. Sobre todo la costumbre intelectual, afectiva, de imaginación de la gran masa quien primero busca el acomodamiento en vez dé un cambio radical.

3) La represión.

LA SINTESIS ANARQUISTA

Tampoco estamos de acuerdo con las concepciones de la Plataforma sobre la síntesis (conglomerado mecanico). Los autores proclaman que la única teoría valida es la anarquista-comunista, tomando una posición crítica y mas o menos negativa frente a las teorias anarquistas individualistas y anarco-sindicalistas.

Mientras que nosotros repetimos, aunandonos a NABAT (Organización de los anarquistas ukranianos en 1917-1921) que en todas las tendencias anarquistas existen posiciones justas ... Entonces es preciso considerar todas estas diversas tendencias y aceptarlas. Es menester unir a todos los militantes buscando una base común para todos, viendo lo que es justo en cada concepción, para poder elaborar una Plataforma de unión. Existen varios tipos de tal Plataforma, como La Declaración de la Conferencia de NABAT, en Koursk, las resoluciones de las otras conferencias anarquistas de esta epoca, etc. Estos son algunos extractos de la Resolución del 1er Congreso de la Confederación de las Organizaciones Anarquistas de Ukrania NABAT, que tuvo lugar el 2 de abril de 1919 en Elizabethgrad, Ukrania:

... nuestra organización no representa una alianza mecanica de diversas tendencias, cada una considerando sólo su punto de vista, y por lo tanto impotente para realizar una ayuda ideológica a la población laboriosa, sino que es una unión de compañeros reunidos, primero, a partir de una analogía en los principios, al menos sobre algunas posiciones de base; segundo, con la conciencia de la necesidad de un trabajo colectivo planificado y organizado (del tipo federación).

EL ANARQUISMO COMO TEORIA DE CLASES

Tambien en este caso es preciso aplicar el metodo de síntesis. En vez de afirmar que el anarquismo es una teoría de clase y criticar a los que intentan darle un caracter humanitario, o afirmar, como otros, que el anarquismo es el ideal humanitario de todos los hombres, y acusar de desviación marxista cualquier tendencia que le atribuye un caracter de clase, o en fin, en vez de afirmar que el anarquismo sólo es una concepción individual que no tiene nada en común con la humanidad en general, ni con la clase en particular. Es preciso hacer una síntesis y decir que el anarquismo contiene tanto elementos de clase, como humanismo y principios individualistas. Lo que es todavía mas importante, es intentar determinar de una manera teórica y practica, el lugar, el papel y la importancia de cada uno de los elementos en la concepción general del anarquismo.

Sostener que el anarquismo no es mas que una teoría de clase, corresponde a afirmar un solo aspecto de este, es un monismo, cuando el anarquismo es mas complejo, sintetico, pluralista como la vida misma. Su elemento de clase es, sobre todo, su metodo de lucha por la liberación; su caracter humanitario, es el aspecto etico, es la base de la sociedad; su individualismo es el fin del hombre.

PAPEL DE LA MASA Y PAPEL DEL ANARQUISMO EN LA LUCHA SOCIAL Y LA REVOLUCION SOCIAL

Sobre este punto, la tesis de la Plataforma puede resumirse así: la necesidad de dirigir a las masas y los acontecimientos. No hace mucho, en nuestros medios predominaba la tesis contraria: los individuos y la minoría consciente, así como sus organizaciones ideológicas no pueden dirigir a las masas, debemos aprender constantemente de ellas si no queremos desembocar al vacío. De esta manera es como se encaraba este problema. Esta solución era, es preciso decirlo, una actitud muy superficial y falsa, pues el problema esencial, no era resuelto; la solución concreta de la cuestión quedaba sin respuesta: la relación entre las masas revolucionarias y la minoría consciente o su organización ideológica.

Claro esta que los partidos políticos tienen esta ventaja sobre nosotros: para ellos esto no se plantea, su solución es:

- la necesidad de dirigir a las masas y los acontecimientos;
- para esto es necesario que la iniciativa provenga de una minoría consciente, separada de las masas;
- esta colectividad debe ser organizada a través de un partido;
- es este partido el que toma la inciativa en todos los campos, incluyendo los de la revolución social.

Y vemos que los autores de la Plataforma adoptan una posición muy parecida. Pero prefieren comenzar tomando algunas precauciones: la dirección ideológica de los acontecimientos revolucionarios y de los movimientos revolucionarios, en ningún caso, debe ser entendida como una tendencia de los anarquistas a apropiarse la construcción de la nueva sociedad.

En la Plataforma, la idea de la necesidad de dirigir a las masas esta estrechamente ligada con la de partido, de línea política bien definida, de programa determinado, de necesidad de dirigir el movimiento sindical, de necesidad de una dirección política de las organizaciones, destinadas a luchar con la contrarrevolución. Así leemos en la Plataforma:

La unión anarquista como organización de la revolución social descansa en las dos clases principales de la sociedad actual: los obreros y los campesinos ... Debe desarrollar todos sus esfuerzos para convertirse en el pionero y en el guía ideológico de las organizaciones sindicales.

Por consiguiente vemos un conjunto de concepciones que nos permiten imaginar la forma concreta de esta dirección política y social de las masas y los acontecimientos, el mas alto: el partido dirigente (Unión General); un poco mas abajo: las organizaciones superiores de los obreros y de los campesinos, ellos mismos dirigidos por la Unión; todavía mas abajo: las organizaciones de base, las organizaciones de combate de la contrarrevolución, el ejercito, etc.

En cuanto a nosotros, no atribuimos a los anarquistas ninguna misión de dirección de las masas, consideramos que su vocación consiste únicamente en ayudar a las masas, y sólo cuando estas últimas necesitan de una ayuda.

Concretizamos todavía mas nuestra posición: en las organizaciones de masas, de caracter económico y social, los anarquistas forman parte de la masa. Actúan, construyen, edifican con ella. Ahí un inmenso campo de acción se abre para ellos, a traves de una actividad inmediata, ideológica, social y creadora, bajo la condición de que en ningún caso se coloquen a un nivel mas alto que los demas. Ante todo deben limitarse a la influencia ideológica y etica, libre y natural, sobre el medio que les rodea.

Los anarquistas, con sus organizaciones específicas (grupos, federaciones, confederaciones), sólo pueden aportar una ayuda ideológica, y no el papel de dirigentes. La menor idea de dirección, de superioridad, la menor pretención para dirigir a las masas y los acontecimientos, lleva inevitablemente a la necesidad, para las masas, de aceptar esta dirección, de someterse a ella; y esto por otra parte lleva a los dirigentes a una concepción de privilegiados, de dictadores, de separación de las masas, etc. En otros términos, aplican los principios del poder, lo que esta en contradicción no sólo con lo esencial del anarquismo, sino tambien con nuestra concepción de la revolución social, que para ser verídica debe ser la expresión de la libre creación de las masas, sin ser acaparada por grupos ideologicos y políticos.

EL PERIODO DE TRANSICION

Si verbalmente la Plataforma rehusa el principio del periodo de transición, en realidad lo acepta; aún mas, si la Plataforma aporta algo original es precisamente sobre este punto, en el desarrollo detallado de la idea de un periodo de transición. Lo demas no es mas que un ensayo de justificación de esta idea; un esfuerzo para que los anarquistas se acostumbren a esta idea.

En el fondo no se puede acusar a alguien de pretender defender una idea. Así, algunos anarquistas-sindicalistas rusos defendieron abiertamente esta misma idea hace algunos años. Pero lo que es característico de la Plataforma, es que sus autores no defienden abierta y sencillamente la idea del periodo de transición. Esta vacilación, esta aceptación condicionada, y al mismo tiempo este rechazo también condicionado son muy molestos pues impiden una discusión franca y consecuente. Por ejemplo, sobre la cuestión de la mayoría y de la minoría en un movimiento anarquista, declaran: en principio consideramos ... (sigue la concepción clasica) ... pero sin embargo, en ciertos momentos puede ser que ... (sigue el compromiso) ...

Pero lo que es cierto es que la vida no se hace en momentos. Otro ejemplo:

Consideramos que las decisiones de los soviets seran realizadas en la vida social sin decreto ni coerción. Pero estas decisiones deben ser obligatorias para todos los que las han aceptado, recurriendo a sanciones en caso de rehusarse.

Pero entonces se debe comenzar por la coerción, la violencia, la sanción.

La Plataforma escribe:

Porque estamos profundamente convencidos que la aceptación de un gobierno llevara a la revolución hacia un fracaso, y a las masas hacia una nueva esclavitud, debemos aplicar en consecuencia lógica, todas nuestras fuerzas para que la revolución tome una vía anarquista ... Pero antes, debemos constatar que nuestro método artesanal de trabajo, por pequeños círculos y pequeños grupos ya no es capaz de ayudarnos a cumplir esta tarea, por lo tanto, los anarquistas deben ponerse previamente de acuerdo entre sí en sus organizaciones específicas.

Pero es la Unión Anarquista la que dirigira y decidirá en caso de desacuerdo. Ahí esta a lo que se reduce toda la cuestión. Volvemos a encontrar la misma contradicción respecto a la defensa de la revolución:

¿Políticamente, a quien obedecera el ejercito? Pues los trabajadores no representan una única organización, probablemente formaran varias organizaciones económicas. El ejercito debera obedecer a estas organizaciones económicas. Entonces, si se acepta el principio de un ejercito, tambien hay que considerar y aceptar el principio de obediencia del ejercito a organizaciones económicas de los trabajadores y de los campesinos ...

¡Entonces es el periodo de transición!

Y a propósito de la libertad de prensa, de la libertad de palabra, veamos lo que opina la Plataforma:

Sin embargo puede haber momentos específicos en que la prensa, para que no sea utilizada nefastamente, sera limitada en parte, en interes de la revolución.

¿Pero quien juzgara cuales son esos momentos específicos? ¿Quien juzgara cuales deben ser esos límites? Siempre sera el poder, aunque se le de otro nombre.

En relación al principio anarquista: De cada quien según sus capacidades, a cada quien según sus necesidades, la Plataforma opina:

Este principio es la piedra de toque de todo el anarquismo-comunista. Pero es una concepción de principio: en su realización, dependera de las actividades practicas realizadas desde los primeros días de la revolución social.

Ahí estan de nuevo los peros, los famosos peros. ¿Entonces que es el periodo de transición?

Para nosotros es claro y lógico: la idea de la necesidad de dirigir a las masas y los acontecimientos presupone inevitablemente la incapacidad de las masas para dirigir los acontecimientos, y por consiguiente la necesidad de existencia de los elementos de poder y de un periodo de transición. Mientras, nosotros consideramos que lo esencial de la revolución social esta precisamente en el papel de la masa de los trabajadores que, precipitada en el colosal proceso de destrucción social preparado por su propia experiencia histórica previa, puede al fin realizar libre, consciente y activamente esta sociedad libre.

LA PRODUCCION

¿Cómo encarar la producción? ¿Será centralizada y planificada, como la práctica bolchevique o, al contrario, será demasiado descentralizada sobre una base federalista?

Es la más importante cuestión. Los autores de la Plataforma escriben:

Las funciones de organización de la producción serán asumidas por organizaciones creadas por la masa de los trabajadores -soviets, comités de fábrica, etc. Estas organizaciones ligadas entre sí mediante federaciones, dirigirán y organizarán la producción en las ciudades, las regiones y las naciones. Estarán estrechamente ligadas a las masas quienes la eligirán, controlarán y renovarán directa y constantemente.

Entonces la Plataforma acepta el sistema centralizado y mecánico, aportándole una sola corrección de elección.

Pero esto no es sufíciente, no pensamos que cambiando el nombre administrativo por una elección, se cambia gran cosa; jamás se animará un proceso mecánico y muerto. Para nosotros, la participación de las masas de la población no debe limitarse únicamente a la función de elegir, sino que consiste en una participación directa e inmediata en la realidad de la producción, organizando ella misma el proceso productivo.

Por principio no estamos en contra de los comités (comités de fábrica, comités de taller), ni contra la necesidad de un enlace y de una coordinación entre sí. Pero estas organizaciones pueden tener un aspecto negativo: inmovilismo, burocracia, tendencia al autoritarismo que no cambiará automáticamente aunque se aplique y se exija el cumplimiento del principio de elegibilidad. Nos parece que una garantía más segura reside en la existencia de una serie de otros organismos más móviles, hasta provisorios, creándose y multiplicándose según las necesidades que correspondan a otras múltiples necesidades humanas y a otras actividades. Así, además de las organizaciones de producción, habrá seguramente organizaciones de distribución, de consumo, de habitat, etc. Todo esto representa una imagen más rica y más fiel de la complejidad de la vida social.

LA DEFENSA DE LA REVOLUCION

Ahí está como encara la Plataforma este problema:

En los primeros días de la revolución social, las fuerzas armadas están formadas por todos los obreros y campesinos armados, en fin, por el pueblo en armas. Pero esto sólo en los primeros días, cuando la guerra civil no ha alcanzado su punto culminante, y sus combatientes no han coordinado aún su organización militar. Pero a partir de estos primeros días, las fuerzas armadas de la revolución deben unificarse en un ejército de la revolución con su mando general y su plan general de operación. Esta organización de la lucha con la contrarrevolución, ya sea en frente abierto, ya sea en guerra civil, se encuentra bajo la dirección de las organizaciones productoras de los obreros y de los campesinos, aceptando su dirección política.

Ahí vemos dos errores: uno técnico, otro político. El error técnico consiste en la siguiente afirmación: sólo un ejército centralizado es capaz de defender la revolución.

Para evitar toda confusión, diremos que consíderamos también como errónea la afirmación opuesta: sólo unidades aisladas, locales, sin enlace entre sí pueden garantizar el éxito de la revolución.

Un mando demasiado centralizado que elabore un plan de acción general puede desembocar en catástrofes, pero acciones sin ningún enlace entre sí son también ineficaces. Los defectos del primer sistema son evidentes al no tomar en consideración las condiciones locales, la pesadez del aparato, el rechazo de toda iniciativa local o individual, la tendencia del centro a considerarse infalible, la prioridad de las especializaciones profesionales, etc.

Los defectos del segundo sistema son todavía más evidentes.

¿Cómo resolver estos problemas y evitar estos defectos?

Consideramos, sobre todo a la luz de la experiencia rusa, que lo esencial consiste en la participación armada de la masa de los trabajadores, no sólo en los primeros días, sino durante todo el proceso de acción revolucionaria. Es preciso insistir sobre formaciones locales, partidarios obreros y campesinos, con la condición de que su acción no quede aislada, fragmentada, sino que esté coordinada en una accion común. Y aún cuando la situación exige formaciones armadas más grandes, no es el mando central, sino la unidad combatiente que es esencial, al poder adaptarse más fácilmente a cada cambio de condición y, así poder aprovechar cada situación imprevista.

No hay que olvidar que en la revolución rusa, durante la lucha contra las fuerzas de la reacción: Denikin, Koltchek, Wrangel, etc., siempre y ante todo, fueron las unidades de partidarios quienes consiguieron la victoria, mientras que el ejercito central, con su mando y su plan estrategico pre-establecido, siempre era sorprendido y no lograbá adaptarse. La mayoría de las veces, el ejercito rojo centralizado, llegaba tarde, y casi siempre para recoger los laureles, recompensas y glorias que correspondían a los verdaderos vencedores: los partidarios. Un día, la historia restablecerá los innumerables hechos en contra de la burocracia de centralización militarista.

Se nos podría preguntar cómo es posible defender la revolución social frente a una intervención extranjera sin un ejercito sólidamente centralizado. Primero contestaremos que no hay que exagerar este peligro, pues la mayoría de las veces, esta expedición viene de lejos, con todas las dificultades que esto conlleva; segundo, que la revolución rusa tuvo una serie de intervenciones que fueron aniquiladas no por un ejercito centralizado, sino por unidades de partidarios, por la resistencia activa de las masas, por la intensa propaganda revolucionaria dirigida a los soldados y a los marineros de las intervenciones.

En fin, recordemos que un ejercito centralizado, con su mando central y su dirección política, tiene amplias posibilidades de dejar de ser un ejercito revolucionario; se vuelve inconscientemente o no un instrumento de estancamiento, de reacción, de sofocación de la verdadera revolución. Sabemos, por las enseñanzas de la historia, que así siempre ha pasado. El último ejemplo lo es la revolución rusa con su ejercito rojo.

Nos sorprenden las posiciones de la Plataforma sobre el papel del ejercito como defensor político, arma contra la reacción, etc.

Consideramos que tal aparato no puede tener mas que un papel negativo para la revolución social. Sólo el pueblo en armas, por su entusiasmo, por las soluciones positivas que proporciona a los problemas esenciales de la revolución (y en particular los relativos a la producción), es una muralla suficiente contra los complots de la burguesía; y si falta el pueblo, ningún aparato, ningún ejercito, ninguna tcheka, pueden salvar la revolución. Sostener lo contrario es aceptar que los problemas de la revolución no interesan a las masas sino sólo a una capa política, y esto es una concepción típicamente bolchevique.

Como lo hemos subrayado mas arriba, vemos que el esquema propuesto: organización dirigente (la Unión), que orienta a las organizaciones de masas (obreros y campesinos), que aceptan la dirección política, y estan apoyadas en caso necesario, por el ejercito centralizado y disciplinado, todo este sistema no es mas que un nuevo poder político.

ORGANIZACION ANARQUISTA

Recordemos una vez mas que tambien nos preocupa el problema de la organización, pues consideramos que la desorganización de los movimientos anarquistas causa un daño inmenso, y estamos convencidos de la necesidad de organizar las fuerzas anarquistas y los movimientos anarquistas. Como los autores de la Plataforma, nosotros tambien subordinamos el problema de la organización a los problemas ideológicos. Tres cuestiones se plantean cada vez que se consideran los problemas de una organización: el metodo de creación, el fin y la esencia misma de la organización, y evidentemente la forma de esta.

1) EL METODO DE CREACION DE UNA ORGANIZACION ANARQUISTA

¿Por que y cómo se plantea una organización anarquista?

Es preciso comenzar por intentar comprender las mas importantes causas de la desorganización entre los anarquistas. Para los autores de la Plataforma es claro y sencillo: entre los anarquistas existe un caracter desordenado, un sentimiento de irresponsabilidad, una falta de disciplina. Para nosotros, entre las numerosas causas que condicionan el estado de desorganización de los movimientos anarquistas, la mas importante la constituye el caracter vago e impreciso de un cierto número de nuestras ideas de base.

También los autores de la Plataforma tienen consciencia de este hecho, mas, igualmente hablan de contradicción en la teoría y en la practica, de dudas sin fin, etc.

Entonces, en el fondo, estamos todos de acuerdo sobre esta constatación, considerandola ya esencial, ya sea menos importante. Una vez admitido todo esto, existen dos métodos para resolver esta cuestión:

- Tomar una idea como base, entre las ideas contradictorias, aceptarla como programa común (unidad ideológica-unidad tactica) e intentar reunir alrededor de este programa el mas grande número de militantes, y si es necesario, reunirlos por cierta disciplina. Al mismo tiempo, todo lo que esté en desacuerdo con este programa debe ser excluido y hasta rechazado fuera del movimiento. En el camino, la organización así creada -organización única- profundizara sus propias ideas (al respecto hay compañeros que consideran que las ideas anarquistas son suficientemente claras);

- En el momento de hacer una organización seria, también es preciso aplicar todos nuestros esfuerzos para clarificar, profundizar y desarrollar nuestras ideas.

Ante todo es necesario que intentemos diluir las contradicciones en el campo teórico, e igualmente hacer un esfuerzo de organización que ciertamente, por su lado, ayudára al trabajo ideológico. Dicho de otro modo, organicemos nuestras fuerzas en el proceso de desarrollo y de sistematización de nuestras ideas.

Los autores de la Plataforma no se dan cuenta de que de hecho siguen el viejo camino para crear una organización a partir de los conceptos de una ideología y de una tactica única (pero artificial la mayoría de las veces). Crean una organización que sostiene en mas o en menos malas relaciones con las demas organizaciones que no tienen exactamente las mismas concepciones. No comprenden que este viejo camino desemboca inevitablemente en las mismas viejas consecuencias: la existencia no de una organización, sino de numerosas organizaciones que no estan en armonía entre sí sino en lucha, aunque todas son anarquistas: cada organización pretende poseer la verdad profunda y única. Estas organizaciones están mas ocupadas en polemizar entre sí que en hacer propaganda y ayudar a desarrollar el movimiento anarquista en general.

Los autores de la Plataforma hablan de la necesidad de tener una unidad ideológica y tactica, pero ¿cómo llegar concretamente a esta unidad? Ahí esta el problema, y esta pregunta queda sin respuesta satisfactoria. El método esbozado no conduce a una unidad, muy al contrario, volvería todavía mas agudas en nuestras filas las divergencias, las discusiones, hasta los odios. Pués este método se concreta al postulado siguiente: la ideología y la tactica de los autores de la Plataforma deben volverse sin discusión y al mismo tiempo sin razón valida, la única, la verdadera teoría y tactica. Pero esto no es un método anarquista.

Proponemos otro método. Según nosotros, el primer paso hacia una unidad del movimiento anarquista, una unidad profunda, hacia una organización seria, es el trabajo colectivo e ideológico sobre una serie de problemas importantes, así como la búsqueda de una solución colectiva lo mas clara posible. Para los compañeros que tienen miedo a las divagaciones intelectuales o filosóficas, precisamos en seguida que no se trata de problemas filosóficos ni de disertaciones abstractas, sino de cuestiones de actualidad que estan frente a nosotros y a las cuales no damos, desgraciadamente, ni una respuesta clara ni una actitud adecuada. Por ejemplo, la cuestión de la tarea constructiva del anarquismo, la cuestión del papel de las masas y de la minoría consciente, la cuestión de la violencia, el analisis del proceso de la revolución social y el problema del periodo de transición, la vía hacia la sociedad libertaria, el papel de las organizaciones de los obreros, de los campesinos, de los grupos armados, las relaciones con el sindicalismo, las relaciones entre comunismo e individualismo, el problema de la organización de nuestras fuerzas, etc.

¿Cómo realizar practicamente las peticiones que hacemos?

Proponemos el método que consiste en crear en cada país un órgano impreso de amplia discusión, en donde cada problema que no esta suficientemente claro, que es agudo, y hasta tabú en nuestra ideología y en nuestra tactica, sea examinado en todos los sentidos por compañeros cuyas concepciones son hasta diferentes. La necesidad de tal órgano impreso, así como de la discusión oral, nos parece absoluta, pues es el camino mas factible para que los compañeros se acerquen entre sí de manera real y posible, con lo que se podra llegar a la unidad ideológica, a la unidad tactica así como a una posibilidad de organización.

Hay, sin embargo, compañeros que rehusan utilizar un órgano de discusión. Prefieren una serie de publicaciones en donde defienda cada uno su posición. Nosotros preferimos un órgano único, con la condición que permita a los representantes de todas las opiniones y de todas las tendencias anarquistas expresarse, definirse, acostumbrarse a convivir. Una discusión amplia y tolerante de nuestros problemas en un mismo órgano, creara una base de comprensión no sólo entre los anarquistas sino también entre las diferentes concepciones expresadas, pues el acuerdo ideológico y el acercamiento organizativo deben avanzar paralelamente.

2) EL PAPEL Y EL CARACTER DE LAS ORGANIZACIONES ANARQUISTAS


La cuestión del papel y del fin de una organización es fundamental. Sin una clara definición de esta cuestión no puede haber organización seria. Por otro lado, los fines de una organización se determinan en gran parte por su forma.

Los autores de la Plataforma atribuyen como misión a la organización anarquista, el papel de dirigir a las masas, los acontecimientos, los sindicatos y, en fin, a las demas organizaciones. Constatamos que al yuxtaponer a la palabra dirigir el adverbio ideológicamente, no se cambia gran cosa pues esta posición de base en los autores de la Plataforma surge de su concepción de un partido disciplinado como forma de organización. Mas arriba tuvimos la oportunidad de precisar nuestra posición sobre este punto. Rehusamos cualquier idea según la cual los anarquistas deban dirigir a las masas, esperamos que su papel sera sólo el de una colaboración ideológica como participantes y ayudantes de las masas, cumpliendo modestamente su obra social; hemos precisado ya esta obra: la palabra escrita y oral, el trabajo revolucionario de propaganda, el trabajo cultural, el ejemplo concreto y vivo, etc.

3) LA FORMA DE ORGANIZACION ANARQUISTA


Sobre este punto, las contradicciones, las semi-confesiones, las vacilaciones en el lenguaje de la Plataforma son características. Pero, a pesar de numerosas precauciones, su concepción aparece corno una concepción típica de cualquier partido político: el Comité ejecutivo de la Unión Universal Anarquista debe, entre otras cosas, asumir la dirección ideológica y organizativa de cada organización particular, según la línea general de la Unión, línea ideológica y tactica, y al mismo tiempo la Plataforma afirma su fidelidad al principio federalista, lo que esta en absoluta contradicción con las concepciones citadas mas arriba, pues el federalismo quiere decir autonomía en la base; la federación a través de agrupaciones locales, regionales, etc., y en fin la unión de las federaciones o confederaciones.

Cierta unidad ideológica y tactica es evidentemente necesaria entre organizaciones. Pero ¿cómo, por qué medio, y en que sentido? Aqui una vez mas nos permitimos citar la resolución de la organización ukraniana NABAT en la conferencia de Koursk:

La organización anarquista armoniosa en la que la unión no tenga un caracter formalista sino en la que los miembros estan reunidos por concepciones comunes en relación a los fines y los medios.

Los autores de la Plataforma comienzan por afirmar: el anarquismo siempre ha sido la negación de una organización centralizada, pero mas adelante exponen con detalle el esquema de una organización perfectamente centralizada, con Comité Ejecutivo que tiene la misión de velar por la dirección ideológica y organizativa de las diferentes organizaciones anarquistas, las cuales a su vez deben hacerlo con las organizaciones profesionales, de los obreros, etc.

¿Que hay en todo esto de federalismo? Sólo se esta a un paso del bolchevismo, un paso que los autores de la Plataforma no se atreven a dar. Para los compañeros rusos, la analogía entre los bolcheviques y los anarquistas de la Plataforma es de una evidencia asombrosa. Nada se cambia si la organización suprema del partido anarquista se llama Comité Ejecutivo en vez de Comité Central del partido, y ni aún si lo llamaramos Secretariado Confederal. Lo que es ya mas justo es sobre todo el espíritu que debe impregnar cualquier organismo anarquista como organismo técnico de enlace, ayuda e información entre los diferentes grupos de base y las diferentes federaciones.

Concluyendo, los únicos puntos originales de la Plataforma son: su revisionismo hacia el bolchevismo -velado por sus mismos autores- y, una aceptación del periodo de transición. Sobre el resto de su exposición la Plataforma no presenta nada de original. Para los compañeros de otros países es menos evidente pués la publicación del material sobre la revolución rusa y sobre el anarquismo en Rusia es aún insuficiente y por lo tanto el conocimiento de los compañeros sobre estos acontecimientos también lo es. Así, puede ser que algunos acepten la interpretación de la Plataforma.

Sin embargo, pensamos que tal aceptación sólo podra ser pasajera.

Por una parte, aún aceptando las proposiciones de la Plataforma, a la larga, el resultado no sera mejor. Por otra parte, al profundizar sus conocimientos de los acontecimientos en Rusia, la mayoría de los compañeros comprenderan mejor las perspectivas de la Plataforma. También estamos convencidos de que lá discusión sobre la Plataforma permitira disipar un cierto número de malentendidos. Pero hay que separar netamente lo que es secundario de lo que es esencial. Los autores de la Plataforma subrayan que pueden existir algunas insuficiencias en su texto pero, dicen, esto se completara en el transcurso del debate. Sólo una cosa, no se trata de algunas insuficiencias, de algunos casos particulares, sino de la idea de base, de concepciones fundamentales, del enfoque de los problemas, del espíritu que ambienta todo el texto, posiciones que para nosotros son absolutamente inaceptables.

SOBOL
SCHWARTZ
STEIMER
VOLIN
LIA
ROMAN
ERVANTIAN
FLESHIN

París, 1927.

jueves, 27 de enero de 2011

La Síntesis Anarquista x Volin


Se entiende por "síntesis anarquista" una tendencia desarrollada actualmente en el seno del movimiento libertario, que trata de conciliar y "sintetizar" las diferentes corrientes de ideas que dividen a estos movimientos en diversas fracciones más o menos hostiles entre sí. Se trata, en el fondo, de unificar en cierta medida tanto la teoría como el movimiento anarquistas en un conjunto armonioso, ordenado, acabado. Y digo en cierta medida porque, naturalmente, la concepción anarquista no podría ni debería jamás hacerse rígida, inmutable, estancada. Debe permanecer ligera, viva, rica en ideas y tendencias. Pero ligereza no debe significar confusión. Y, por otra parte, entre inmovilidad y fluctuación existe un estado intermedio. Es precisamente ese estado intermedio el que la síntesis anarquista trata de precisar, de fijar y de alcanzar.

Fue sobre todo en Rusia, durante la Revolución de 1917, cuando la necesidad de tal unificación, de tal síntesis, se hizo sentir. Muy débil ya materialmente (pocos militantes, escasos medios de propaganda, etc.) en relación a otras corrientes políticas y sociales, el anarquismo se vio aun más debilitado durante la Revolución Rusa como consecuencia de las luchas intestinas que lo desgarraban. Los anarcosindicalistas no querían entenderse con los anarquistas comunistas y, al mismo tiempo, unos y otros se enfrentaban con los individualistas (sin hablar de otras tendencias). Ese estado de cosas impresionó dolorosamente a varios compañeros de tendencias diversas. Perseguidos y finalmente expulsados de la gran Rusia por el gobierno bolchevique, algunos de estos compañeros fueron a militar a Ucrania, donde el ambiente político era más favorable y donde, de acuerdo con otros compañeros ucranianos, decidieron crear un movimiento anarquista unificado, reclutando militantes serios y activos por todas partes, sin distinción de tendencia. El movimiento adquirió enseguida una amplitud y un vigor excepcionales. Para consolidarse e imponerse definitivamente, sólo le faltaba una cosa: una cierta base teórica.

Sabiéndome un adversario decidido de las nefastas querellas entre las diversas corrientes del anarquismo, sabiendo que pensaba como ellos en la necesidad de conciliarlas, algunos compañeros acudieron a buscarme en una pequeña ciudad de la Rusia central y me propusieron que fuera a Ucrania para tomar parte en la creación de un movimiento unificado, proporcionarle un fondo teórico y desarrollar la tesis en la prensa libertaria.

Acepté la proposición. En noviembre de 1918, el movimiento anarquista unificado de Ucrania se puso en marcha. Se formaron varios grupos y enviaron a sus delegados a la primera conferencia constituyente, que creó la Confederación Anarquista de Ucrania Nabat (toque a rebato). Esta conferencia elaboró y adoptó por unanimidad una Declaración que proclamaba los principios fundamentales del nuevo organismo. Se decidió que muy pronto se ampliaría esa breve declaración de principios y se completaría y comentaría en la prensa libertaria. Los tempestuosos acontecimientos no impidieron ese trabajo teórico. La Confederación de Nabat hubo de sostener luchas ininterrumpidas y encarnizadas. Pronto se vio "liquidada" por las autoridades bolcheviques que se instalaron en Ucrania. Aparte de algunos artículos de periódicos, la Declaración de la primera conferencia de Nabat fue y seguirá siendo la única muestra de la tendencia unificadora (o "sintetizadora") del movimiento anarquista ruso.

Las tres ideas clave que, después de la Declaración, deberían ser aceptadas por todos los anarquistas serios con el fin de unificar el movimiento son las siguientes:

1. La admisión definitiva del principio sindicalista, que indica el verdadero método de la revolución social;

2. la admisión definitiva del principio comunista (libertario), que establece la base organizativa de la nueva sociedad en formación;

3. La admisión definitiva del principio individualista; la emancipación total y la felicidad del individuo son el verdadero objetivo de la revolución social y de la nueva sociedad.

Desarrollando estas ideas, la Declaración trata de definir con claridad la noción de "revolución social" y de destruir la tendencia de ciertos libertarios que buscan adaptar la anarquía al llamado "período transitorio".

Dicho esto, preferimos, en lugar de retomar los argumentos de la Declaración, desarrollar la argumentación teórica de la síntesis.

La primera cuestión a resolver es la siguiente:

La existencia de diversas corrientes anarquistas enemigas, que disputan entre sí ¿es un hecho positivo o negativo? La descomposición de la idea y movimiento libertarios en diversas tendencias que se oponen ¿favorece u obstaculiza el éxito de la concepción anarquista? Si se considera favorable, es inútil toda discusión. Si, por el contrario, se considera perjudicial, habrá que extraer las necesarias conclusiones.

Respondemos así a esta primera cuestión:

Al principio, cuando la idea anarquista aun estaba poco desarrollada, confusa, fue natural y útil analizarla bajo todos los aspectos, descomponerla, examinar a fondo cada uno de sus elementos, confrontarlos, oponerlos etc. Y eso es lo que se hizo. El anarquismo se descompuso en diversos elementos (o corrientes). Así el conjunto, demasiado general y vago, fue diseccionado, lo que ayudó a profundizar, a estudiar a fondo ese conjunto de elementos. Por aquel entonces, la desarticulación de la concepción anarquista fue por tanto un hecho positivo. Diversas personas se interesaron por las diferentes corrientes del anarquismo; los detalles y el conjunto ganaron en profundidad y en precisión. Pero, por eso mismo, una vez se llevó a cabo esta primera parte, una vez que se examinaron todos los elementos del pensamiento anarquista (comunismo, individualismo, sindicalismo), había que pensar en reconstruir, con esos elementos bien trabajados, el conjunto orgánico del que provenían. Tras un análisis fundamental, había que volver (conscientemente) a la síntesis beneficiosa.

Un hecho curioso: no se volvió a pensar en esta necesidad. Las personas que se interesaron por ese elemento dado del anarquismo acabaron por sustituirlo. Naturalmente, pronto tuvieron desacuerdos y, al final, conflicto con quienes trataban del mismo modo otras parcelas de la verdad entera. Así, en lugar de abordar la idea de la fusión de los elementos dispersos (que, tomados por separado, no podían servir de mucho) en un conjunto orgánico, los anarquistas emprendieron durante muchos años la estéril tarea de oponer enconadamente sus "corrientes". Cada uno consideraba "su" corriente, "su" parcela, como la única verdad y combatía encarnizadamente contra los partidarios de las otras corrientes. Así empezó, en las filas libertarias, ese pataleo caracterizado por la ceguera y la animosidad, que continúa en nuestros días y que debe considerarse perjudicial para el desarrollo normal de la concepción anarquista.

Nuestra conclusión es clara. La división de la idea anarquista en diversas corrientes ha cumplido su papel. Ya no tiene ninguna utilidad. Ahora mantiene al movimiento estancado, le causa enormes perjuicios y no ofrece ya -no puede- nada positivo. El primer período -en el que el anarquismo buscaba, se precisaba y se fraccionaba inevitablemente en su tarea- ha terminado. Es el momento de ir más lejos.

Si la dispersión del anarquismo es actualmente un hecho negativo, perjudicial, hay que tratar de ponerle fin. Se trata de recobrar el conjunto entero, de unir los elementos desperdigados, de encontrar y reconstruir conscientemente la síntesis abandonada.

Entonces surge otra cuestión: ¿es posible actualmente esta síntesis? ¿No será una utopía? ¿Se le podría proporcionar una cierta base teórica?

Respondemos que sí. Es perfectamente posible una síntesis del anarquismo (o, si se prefiere, un anarquismo "sintético"). No es en absoluto una utopía. Sólidas razones de orden teórico hablan en su favor. Anotemos brevemente algunas de estas razones, las más importantes, en su sucesión lógica:

1. Si el anarquismo aspira a la vida, si confía en un futuro mejor, se quiere llegar a ser un elemento orgánico y permanente de la vida, una de sus fuerzas activas, fecundas, creadoras, deberá entonces tratar de situarse lo más cerca posible de la vida, de su esencia, de su última verdad. Sus bases ideológicas deben concordar lo más posible con los elementos fundamentales de la vida. Está claro, en efecto, que si las ideas primordiales del anarquismo se encontraran en contradicción con los verdaderos elementos de la vida y de la evolución, el anarquismo no podría ser vital. Ahora bien ¿qué es la vida? ¿Se podría, de algún modo, definir y formular su esencia, fijar sus rasgos característicos? Sí, es posible. No se trata, ciertamente, de una fórmula científica de la vida -fórmula que no existe- sino de una definición más o menos pura y justa de su esencia visible, palpable, concebible. Es este orden de ideas, la vida es, antes que nada, una gran síntesis: un conjunto inmenso y complicado, orgánico y original, de múltiples elementos variados.

2. La vida es una síntesis. ¿Cuáles son, pues, la esencia y la originalidad de esta síntesis? Lo esencial de la vida es que la más grande variedad de sus elementos -que se encuentran además en movimiento perpetuo- realiza al mismo tiempo, y también perpetuamente, una cierta unidad, o más bien un cierto equilibrio. La esencia de la vida, la esencia de su síntesis sublime, es la tendencia constante hacia el equilibrio, incluso la realización constante de un cierto equilibrio, en la más grande diversidad y en un movimiento perpetuo (advirtamos que la idea de un equilibrio de ciertos elementos como la esencia biofísica de la vida está confirmada por experiencias científicas físico-químicas).

3. La vida es una síntesis. La vida (el universo, la naturaleza) es un equilibrio (una especie de unidad) en la diversidad y en el movimiento (o, si se prefiere, una diversidad y un movimiento en equilibrio). Por lo tanto, si el anarquismo desea marchar a la par que la vida, si trata de ser uno de sus elementos orgánicos, si aspira a concordar con ella y a llegar a un verdadero resultado en lugar de estar en oposición con ella, deberá, sin renunciar a la diversidad ni al movimiento, realizar también, y siempre, el equilibrio, la síntesis, la unidad.

Pero no basta con afirmar que el anarquismo puede ser sintético: debe serlo. La síntesis del anarquismo no sólo es posible, no sólo es deseable: es indispensable. Conservando la diversidad viva de sus elementos, evitando el estancamiento, aceptando el movimiento -condiciones esenciales de su vitalidad- el anarquismo debe buscar, al mismo tiempo, el equilibrio en esta diversidad y este movimiento mismo.

La diversidad y el movimiento sin equilibrio es el caos. El equilibrio sin diversidad ni movimiento es el estancamiento, la muerte. La diversidad y el movimiento en equilibrio es la síntesis de la vida. El anarquismo debe ser variado, móvil y, al mismo tiempo, equilibrado, sintético, unido. En el caso contrario, no será vital.

4. Por último, hagamos observar que el verdadero fondo de la diversidad y del movimiento de la vida es la creación, es decir, la producción constante de nuevos elementos, de nuevas combinaciones, de nuevos movimientos, de un nuevo equilibrio. La vida es una diversidad creadora. La vida es un equilibrio en una creación ininterrumpida. Por lo tanto, ningún anarquista podría pretender que "su" corriente fuera la verdad única y constante, y que todas las demás tendencias en el anarquismo fueran absurdas. Es, por el contrario, absurdo que un anarquista se deje atrapar en la limitación de una sola pequeña "verdad", la suya, y que olvide así la gran verdad real de la vida: la perpetua creación de formas nuevas, de combinaciones nuevas, de una síntesis constantemente renovada.

La síntesis de la vida no es estacionaria: crea, modifica constantemente sus elementos y sus relaciones mutuas.

El anarquismo pretende participar, en los terrenos que le son accesibles, en los actos creadores de la vida. Por lo tanto, debe ser, dentro de los límites de su concepción, amplio, tolerante, sintético, como movimiento creador.

El anarquista debe observar atentamente, con perspicacia, todos los elementos serios del pensamiento y movimiento libertarios. Lejos de precipitarse en un solo elemento cualquiera, debe buscar el equilibrio y la síntesis de todos esos elementos recibidos. Debe, además, analizar y controlar constantemente esa síntesis, comparándola con los elementos de la vida con el fin de estar siempre en armonía perfecta con ésta última. En efecto, la vida no se mantiene quieta, cambia. Y, en consecuencia, el papel y las relaciones mutuas de los diversos elementos de la síntesis anarquista no serán siempre los mismos: en los diversos casos, será tanto uno como otro de los elementos los que habrá que subrayar, apoyar, poner en marcha.

Algunas palabras sobre la realización concreta de la síntesis.

1. No hay que olvidar nunca la realización de la revolución, que la creación de las formas nuevas de la vida no nos incumbirán a nosotros, anarquistas aislados o ideológicamente agrupados, sino a las amplias masas populares, que cumplirán esa inmensas tarea destructora y creadora. Nuestro papel en esta realización se limitará al de fermento, de elemento de consejo, de ejemplo. En cuanto a las formas en las que se desarrollará el proceso, sólo podemos entreverlas de forma aproximada. No tiene sentido pelearse por los detalles en lugar de prepararnos, en un esfuerzo común, para el futuro.

2. Tiene menos sentido reducir toda la inmensidad de la vida, de la revolución, de la creación futura, a pequeñas ideas de detalle y a disputas mezquinas. Ante las grandes tareas que nos esperan es ridículo y vergonzoso ocuparse de esas tonterías. Los libertarios deberán unirse sobre la base de la síntesis anarquista. Deberán crear un movimiento anarquista unido, entero, vigoroso. Mientras no lo creen, estarán al margen de la vida.

¿En qué formas concretas podremos prever la reconciliación, la unificación de los anarquistas y, luego, la creación de un movimiento libertario unificado?

Antes que nada, debemos subrayar que no nos imaginamos esta unificación como un ensamblado mecánico de los anarquistas de las diversas tendencias en una suerte de campamento abigarrado en el que cada uno permanezca en su posición intransigente. Semejante unificación no sería una síntesis sino un caos. Desde luego, un simple acercamiento amistoso de los anarquistas de las diversas tendencias y una mayor tolerancia en sus relaciones mutuas (cese de la polémica violenta, colaboración en las publicaciones anarquistas, participación en los mismos organismos activos, etc.) sería un gran paso adelante en relación con lo que sucede actualmente en las filas libertarias. Pero consideramos ese acercamiento y esa tolerancia como, únicamente, el primer paso hacia la creación de la verdadera síntesis anarquista de un movimiento libertario unificado. Nuestra idea de la síntesis y de la unificación va mucho más lejos. Prevé algo más fundamental, más "orgánico".

Creemos que la unificación de los anarquistas y del movimiento libertario deberá perseguirse, paralelamente, en dos sentidos, especialmente:

a) Hay que comenzar inmediatamente un trabajo teórico que concilie, combine y sintetice nuestras ideas que a primera vista parecen heterogéneas. Es necesario encontrar y formular en las diversas corrientes del anarquismo, por una parte todo los que debe ser considerado falso, que no coincide con la verdad de la vida y debe ser rechazado; por otra parte, todo lo que debe constatarse como justo, apreciable, admitido. A continuación, hay que combinar todos esos elementos justos y de valor, creando con ellos un conjunto sintético. Es sobre todo en este primer trabajo preparatorio donde los acercamientos de los anarquistas de las diversas tendencias y su tolerancia mutua podrán tener la gran importancia de un primer paso decisivo. Y, en fin, ese conjunto sintético deberá ser aceptado por todos los militantes serios y activos del anarquismo como base de la formación de un organismo libertario unido, cuyos miembros estarán así de acuerdo con un conjunto de tesis fundamentales aceptadas por todos.

Ya hemos citado el ejemplo concreto de un organismo así: la Confederación Nabat, en Ucrania. Añadamos aquí a lo que ya hemos dicho antes que la aceptación por todos los miembros de Nabat de ciertas tesis comunes no impedía a los compañeros de las diferentes tendencias apoyar sobre todo, en su actividad y su propaganda, las ideas que les interesaban. Así unos (los sindicalistas) se ocupaban sobre todo de los problemas concernientes al método de la organización de la revolución; otros (los comunistas) se interesaban preferentemente por la base económica de la nueva sociedad; los terceros (los individualistas) destacaban especialmente las necesidades, el valor real y las aspiraciones del individuo. Pero la condición obligatoria para ser aceptado en Nabat era la admisión de esos tres elementos como partes indispensables del conjunto, y la renuncia a la hostilidad entre las diversas tendencias. Los militantes estaban unidos de manera "orgánica", porque todos aceptaban una serie de tesis fundamentales. Así es como nos imaginamos nosotros la unificación concreta de los anarquistas sobre la base de una síntesis de las ideas libertarias teóricamente establecida.

b) Simultánea y paralelamente al mencionado trabajo teórico deberá crearse la organización unificada sobre la base del anarquismo comprendido sintéticamente.

Para terminar, subrayemos de nuevo que no renunciamos en absoluto a la diversidad de las ideas y las corrientes en el seno del anarquismo. Pero hay diversidad y diversidad. Esta, especialmente, que existe entre nuestras filas actualmente, es un mal, un caos. Consideramos su presencia como una falta muy grave. Somos de la opinión de que la variedad de nuestras ideas sólo podrá ser y será un elemento progresivo y fecundo en el seno de un movimiento común, de un organismo unido, edificado sobre la base de ciertas tesis generales admitidas por todos los miembros y sobre la aspiración a una síntesis.

Sólo en el ambiente de un impulso común, sólo en las condiciones de búsqueda de tesis justas y de su aceptación, tendrán valor, serán útiles y fecundas nuestras aspiraciones, nuestras discusiones y nuestras disputas. Así sucedió precisamente en Nabat. En cuanto a las disputas y las polémicas entre las pequeñas capillas, predicando cada una "su" verdad única, no podrán llegar sino a la continuación del caos actual, de las luchas intestinas interminables y del estancamiento del movimiento.

Hay que discutir esforzándose por encontrar la unidad fecunda, y no por imponer a toda costa "su" verdad contra la de los otros. No es esa discusión la que conduce a la verdad. En cuanto a la otra discusión, sólo llevará a la hostilidad, a las querellas vanas y al fracaso.

La Síntesis Anarquista x Sébastien Faure


Las tres corrientes anarquistas

En Francia, como en la mayor parte de los países, se distinguen tres grandes corrientes anarquistas, que se pueden designar del modo siguiente:
- el anarcosindicalismo
- el comunismo libertario
- el individualismo anarquista
Era natural y fatal que, llegados a un cierto desarrollo, una idea tan amplia como el anarquismo condujera a esa triple manifestación de vida.

Un movimiento filosófico y social, es decir, de idea y de acción, que se propone hacer tabla rasa de todas las instituciones autoritarias, debía necesariamente dar lugar a esas distinciones que determinan obligatoriamente la variedad de situaciones, de medios y de temperamentos, la diversidad de fuentes de las que beben las innumerables formaciones individuales y la prodigiosa multiplicidad de acontecimientos.

Anarcosindicalismo, comunismo libertario e individualismo anarquista, estas tres corrientes existen y nada ni nadie pueden impedirlo. Cada una de ellas representa una fuerza que no es posible ni deseable derribar. Para convencerse, basta con situarse en el corazón mismo del gigantesco esfuerzo por terminar de arruinar el principio de autoridad. Así, se tiene conciencia del papel indispensable que, en el combate que hay que librar, desempeña cada una de esas tres corrientes.

Las tres corrientes son distintas, pero no opuestas

Ahora tengo tres cuestiones que plantear:

La primera va de los anarcosindicalistas a los comunistas libertarios y a los individualistas anarquistas.
La segunda va de los comunistas libertarios a los anarcosindicalistas y los individualistas anarquistas.
La tercera va de los individualistas anarquistas a los anarcosindicalistas y los comunistas libertarios.

He aquí la primera:

"Considerado como movimiento social y acción popular, el anarquismo, cuando se enfrente a la hora en que, inevitablemente, librará con el mundo capitalista y autoritario el asalto decisivo que expresamos con estas palabras, Revolución Social, ¿puede prescindir de la participación de las masas que agrupan en su seno, en el terreno del trabajo, a las organizaciones sindicales?

Creo que sería una locura esperar la victoria sin la participación en la conmoción liberadora -participación activa, eficaz, brutal y persistente- de esas masas trabajadoras, más interesadas en bloque que nadie en la transformación social.

No digo ni pienso que, en previsión de la necesaria colaboración, en período de fermentación y de acción revolucionarias, de las fuerzas sindicalistas y las fuerzas anarquistas, las unas y las otras deberán unirse a partir de ahora, asociarse, confundirse, formar un todo homogéneo y compacto. Pero pienso y digo, como mi viejo amigo Malatesta:

Los anarquistas deben reconocer la utilidad e importancia del movimiento sindical, deben favorecer su desarrollo y constituir una de las palancas de su acción, esforzándose por conseguir la cooperación del sindicalismo y de las otras fuerzas del progreso con una revolución social que comporta la supresión de las clases, la libertad total, la igualdad, la paz y la solidaridad entre todos los seres humanos. Pero sería una ilusión funesta creer, como muchos creen, que el movimiento obrero llevará de por sí, en virtud de su propia naturaleza, a una revolución. Al contrario: en todos los movimientos fundados sobre intereses materiales e inmediatos (y no se puede establecer sobre otros fundamentos un amplio movimiento obrero) es necesario el fermento, el empujón, la obra concertada de hombres e ideas que combatan y se sacrifiquen por un ideal venidero. Sin esa palanca, todo movimiento tiende a condiciones mejores. A menudo, las nuevas clases privilegiadas se adaptan fatalmente a las circunstancias, engendran el espíritu conservador, el temor a los cambios entre quienes han conseguido mejores condiciones; a menudo se crean nuevas clases privilegiadas que se esfuerzan por apoyar y hacer consolidar el estado de cosas que habría que derribar.

De ahí la necesidad urgente de organizaciones propiamente anarquistas que, tanto desde dentro como desde fuera de los sindicatos, luchen por la realización total del anarquismo y traten de esterilizar todos los gérmenes de corrupción y de reacción.

Ya lo vemos: no se trata ya de ligar orgánicamente el movimiento anarquista al movimiento sindicalista; no es cuestión de actuar, tanto desde dentro como desde fuera de los sindicatos, en pro de la realización total del ideal anarquista.

Y yo pregunto a los comunistas libertarios y a los individualistas anarquistas ¿qué razones de principio o de hecho, razones esenciales, pueden oponer a un anarcosindicalismo así concebido y practicado?

Esta es la segunda cuestión:

"Enemigo irreductible de la explotación del hombre por el hombre, engendrada por el régimen capitalista, y de la dominación del hombre sobre el hombre, propiciados por el Estado, ¿puede el anarquismo concebir la supresión efectiva y total de la primera sin la supresión del régimen capitalista y la puesta en común (el comunismo libertario) de los medios de producción, de transporte y de intercambio? ¿Y puede concebir la abolición total de la segunda sin la abolición definitiva del Estado y de todas las instituciones que de él se desprenden?"

Y pregunto a los anarcosindicalistas y a los individualistas anarquistas cuáles son las razones de principio o de hecho, razones fundamentales, que pueden oponer a un comunismo libertario así concebido y practicado.

Esta es la tercera cuestión:

"El anarquismo, al ser, por una parte, la expresión más alta y más pura de la reacción del individuo contra la opresión política, económica y moral que hacen pesar sobre él todas las instituciones autoritarias y, por otra parte, la afirmación más firme y precisa del derecho de todo individuo a su desarrollo integral por la satisfacción de sus necesidades en todos los terrenos, ¿puede concebir la realización efectiva y total de esta reacción y de esta afirmación por un medio mejor que el de una cultura individual creada en lo posible en el seno de una transformación social, quebrando todos los engranajes de represión?"

Y yo pregunto a los anarcosindicalistas y a los comunistas libertarios cuáles son las razones de principio o de hecho, razones fundamentales, que pueden oponer a un individualismo anarquista así concebido y practicado. Esas tres corrientes están llamadas a combinarse.

La síntesis anarquista


De todo lo que precede y, especialmente, de las tres cuestiones anteriores, resulta que:

1. Esas tres corrientes -anarcosindicalismo, comunismo libertario e individualismo anarquista- corrientes distintas, pero no contradictorias, no tienen nada que las haga irreconciliables, nada que las haga oponerse sustancialmente, nada que proclame su incompatibilidad, nada que les impida vivir en buena inteligencia, concertarse para una propaganda y una acción comunes.

2. La existencia de esas tres corrientes no solamente no sabría, de ninguna manera ni en ningún grado, perjudicar al anarquismo, movimiento filosófico y social planteado, como conviene, en todo su esplendor, sino que además puede y, lógicamente debe, contribuir a la fuerza de conjunto del anarquismo.

3. Cada una de esas corrientes tiene su lugar señalado, su papel, su misión en el seno del movimiento social ancho y profundo que, bajo el nombre de "anarquismo", tiene por objeto la instauración de un medio social que asegure a todos y a cada uno el máximo de bienestar y de libertad.

4. En esas condiciones, el anarquismo puede asimilarse a lo que, en química, se llama un cuerpo compuesto, es decir, un cuerpo formado por la combinación de varios elementos. Ese cuerpo compuesto está constituido por la combinación de esos tres elementos: el anarcosindicalismo, el comunismo libertario y el individualismo anarquista. Su fórmula química podría ser S.2, C.2, I.2. Según los acontecimientos, los medios, las múltiples fuentes de las que se nutren las corrientes que componen el anarquismo, la dosis de esos tres elementos variará. Analizándolo, la experimentación revela esas dosis; en la síntesis, el cuerpo compuesto se reforma. La fórmula puede alcanzar proporciones variables, local, regional, nacional o internacionalmente. Pero siempre esos tres elementos -anarcosindicalista, comunista libertario e individualista anarquista- están hechos para combinarse y constituir lo que yo llamo la "síntesis anarquista".

¿Cómo es posible que la existencia de esas tres corrientes haya debilitado el movimiento anarquista?

Llegada mi demostración a este punto, hay que preguntarse cómo puede ser que, en estos últimos años sobre todo, en Francia especialmente, la existencia de esos tres elementos anarquistas, lejos de haber fortalecido el movimiento libertario, haya tenido por resultado su debilitación.

Y este problema, planteado en términos claros, tiene que ser estudiado y resuelto de manera igualmente límpida. La respuesta es fácil, pero exige por parte de todos una gran lealtad.

Yo digo que no es la existencia de esos tres elementos -anarcosindicalismo, comunismo libertario y anarquismo individualista- la que ha causado la debilidad o, más exactamente, el debilitamiento relativo del pensamiento y de la acción anarquistas, sino únicamente la posición que han tomado unos y otros en relación a los demás: posición de guerra abierta, encarnizada, implacable.

Cada fracción, en el curso de esos nefastos enfrentamientos, ha desplegado la misma mala voluntad. Cada una se las ha ingeniado para desnaturalizar las tesis de las otras dos, para ridiculizar sus afirmaciones y negaciones, para hinchar o atenuar las líneas esenciales hasta hacer de ellas una caricatura odiosa. Cada tendencia ha dirigido contra las otras las maniobras más pérfidas y se ha servido de las armas más mortíferas.

Si, a falta de un acuerdo entre ellas, al menos se hubieran puesto a guerrear con menos rabia las unas contra las otras, si la actividad consumida en luchar se hubiera destinado a batallar, aunque fuera por separado, contra el enemigo común, el movimiento anarquista de este país habría adquirido, con el favor de las circunstancias, una amplitud considerable, una fuerza sorprendente.

Pero la guerra intestina, de tendencia contra tendencia, a menudo incluso de personalidad contra personalidad, lo ha envenenado todo, lo ha corrompido, viciado, esterilizado; incluso las campañas, que habría debido agrupar en torno a nuestros ideales los corazones y conciencias desprovistos de libertad y de justicia que son, en los medios populares sobre todo, mucho menos raros de lo que se desearía.

Cada corriente ha escupido, baboseado y vomitado sobre sus corrientes vecinas, con el fin de ensuciarlas y hacer creer que la única limpia era la suya.

Y, ante ese lamentable espectáculo de divisiones y actuaciones odiosas, que suscitaban de una parte a otra nuestros grupos, tanto unos como otros se han vaciado de lo mejor de su contenido y sus fuerzas se han agotado unas contra otras en lugar de unirse en la batalla que hay que librar contra el enemigo común: el principio de la autoridad. Esa es la única verdad.

El mal y el remedio


El mal es grande: puede, y debe, ser sólo pasajero, y el remedio está a nuestro alcance. Quienes hayan leído atentamente y sin tomar partido las líneas precedentes lo adivinarán sin esfuerzo: el remedio consiste en penetrarse de la idea de la síntesis anarquista y aplicarla cuanto antes y lo mejor posible.

¿De qué sufre el movimiento anarquista? De la guerra que han mantenido los tres elementos que lo componen. Si por su origen, carácter, métodos de propaganda, organización y acción, estos elementos se ven condenados a enfrentarse, la solución que propongo no sirve para nada; sería inaplicable; sería inoperante; abstengámonos de emplearla y busquemos otra.

Si, por el contrario, la oposición no existe y, con más razón, si los elementos -anarcosindicalista, comunista libertario e individualista anarquista- están hechos para combinarse y formar una especie de síntesis anarquista, habrá que intentar su realización, y no mañana sino hoy.

No he descubierto ni propongo nada nuevo: Luigi Fabbri y otros compañeros rusos (Volin, Flechin, Mollie Steimer) con los que he charlado mucho estos días, me han confirmado que este intento de realización se ha llevado a cabo en Italia, en el seno de la Unión Anarquista Italiana, y en Ucrania, en el seno de Nabat, y que esas dos tentativas han dado los mejores resultados, que solas han roto el triunfo del fascismo en Italia y la victoria del bolchevismo en Ucrania.

En Francia existen, como un poco por todas partes, numerosos grupos que ya han aplicado y aplican corrientemente los datos de la síntesis anarquista (no voy a citar ninguno para no omitir alguno), grupos en los que los anarcosindicalistas, comunistas libertarios e individualistas anarquistas trabajan en armonía, y estos grupos no son los menos numerosos ni los menos activos.

Estos hechos (y podría citar otros) demuestran que la aplicación de la síntesis es posible. No digo ni pienso que pueda hacerse sin lentitud ni dificultades. Como todo lo nuevo, chocará con la incomprensión, la resistencia e incluso la hostilidad. Si hay que mantenerse impasible, nos mantendremos; si hay que resistir a las críticas y a las malas intenciones, resistiremos. Somos conscientes de que la solución está ahí y estamos seguros de que, tarde o temprano, los anarquistas llegarán. Por eso no nos dejamos desanimar.

Lo que, en circunstancias memorables, se ha hecho en Italia, en España o en Ucrania, lo que se ha hecho en varias localidades de Francia, podrá hacerse y, bajo el empuje de los acontecimientos, se hará en todo el país.

Primera Conferencia de las Organizaciones Anarquistas de Ukrania [sic] "Nabat" DECLARACIÓN Y RESOLUCIONES

documento para la historia del anarquismo en la Revolución Rusa
Editorial La Protesta
Buenos Aires, 1922 [Paginación de la edición argentina]

[Nota técnica : en el texto “Ukrania” se ha corregido como “Ucrania” y “bolcheviqui” por “bolchevique”, “conferencia” por Conferencia, asicomo “fué, dió, etc.”]

[Las pocas partes no traducidas del ruso están entre [], una corrección igualmente]


Introducción

Dos hechos descollantes hay en la revolución rusa que los anarquistas tenemos el deber de esclarecer y de reivindicar contra la difamación y las calumnias sistemáticas del gobierno ruso: el movimiento anarquista de Ucrania y la insurrección de Kronstadt. Esos dos hechos constituyen la más formidable de las requisitorias contra el bolcheviquismo y la táctica autoritaria de la revolución. Con la publicación de este folleto, traducido expresamente para LA PROTESTA, del ruso, nos proponemos señalar a los trabajadores el espíritu que orientaba al calumniado movimiento de los anarquista de Ucrania.

¡Estos son los "bandoleros" a quienes llenaron de lodo los gobernantes rusos! ¡Estos son los "contrarrevolucionarios" a quienes infamaron. canallescamente los sacerdotes moscovitas del marxismo ortodoxo! Son los mismos que engrosaron las filas heróicas del makhnovismo! Son los que al grito de " !Viva la anarquía!" vencieron a los Denikin y a los Petlura y a los Wrangel y reivindicaban la libertad de los soviets contra el avasallamiento centralista del gobierno de Moscú. Son los más fieles intérpretes de la naturaleza anárquica de la gran revolución rusa. / - p. 3 -

A los compañeros El movimiento revolucionario en Ucrania, paralizado momentáneamente por la invasión alemana en la primavera de este año, no pudo ser aniquilado por completo. La población no se dio clara cuenta de las consecuencias de la conquista del país por los austro-alemanes, y no demostró por consiguiente, una resistencia suficientemente vigorosa a su intromisión ; la población de Ucrania inició los preparativos de la sublevación, tan pronto como comprendió la naturaleza del cambio producido. Bajo el silbido de las disciplinas puestas en manos de la burguesía ucraniana por el militarismo alemán, que martirizaban el cuerpo ensangrentado del campesino insumiso, nació, creció y fortificóse el pensamiento de la necesidad de un nuevo cambio, de una nueva etapa de la revolución. Las tentativas de la reiniciación y prosecución de la revolución en Ucrania se hacen ya por la población en los momentos actuales.

El éxito de la revolución en Ucrania depende, indudablemente, del éxito de la revolución internacional, cuyo incendio invade cada vez nuevos paises. Pero a su vez puede la revolución en Ucrania influir, en gran parte, en el carácter de la revolución internacional. Mientras la revolución en los diversos países lleva todavía el carácter político-partidista, conduciendo, de esta manera, al fortalecimiento momentáneo del bolcheviquismo en la escala mundial - de cuya impotencia creadora no está aún convencido el proletariado mundial - Ucrania ya pasó el régimen bolchevique, lo ha experimentado en sí misma y más o menos ha sentido su incapacidad para reconstruir y cimentar la sociedad en los principios de la libertad integral y la igualdad económica. Y este he / - p. 5 - cho nos hace pensar que la revolución próxima en Ucrania podrá desde un principio dirigirse por el camino de la creación de las masas sin partido; convirtiéndose en revolución social, que deberá crear inevitablemente el régimen anarquista comunista. La potencia, vitalidad, fecundidad e invencibilidad de la revolución, que se dirija por este camino, será un ejemplo, digno de ser imitado, para los demás países, influyendo con ello mismo en el carácter de la revolución internacional, impulsándola por el camino de la revolución anárquica.

Estas conclusiones, obligaron a los compañeros que trabajan en Ucrania, a pensar en el modo más serio de encaminar su actividad, en el momento presente, para que ella no resulte estéril, como sucedió hasta ahora casi en todas partes. Es evidente que si no queremos que la revolución fracase, es necesario determinar, con toda precisión, el papel que tienen que llenar los anarquistas en el proceso revolucionario. Se hizo de necesidad imprescindible determinar clara e inequívocamente el objeto que persigue el movimiento anarquista y hallar los medios apropiados para la consecución del objeto perseguido, encontrar aquellos medios del trabajo práctico, que nos den la posibilidad de transportar nuestra actividad de la región critíco-destructiva a la región creadora y constructiva. Se hizo indiscutiblemen te necesario llenar tres exigencias, puestas al movimiento anarquista por la misma vida:

1) delimitarse bien distintamente de aquellos elementos, que bajo la bandera dei anarquismo pescan en río revuelto, los cuales, de una o de otra manera, se anexaron al movimiento anarquista, persiguiendo los fines más distintos y que nada tienen que ver con el objeto que nuestro movimiento persigue;

2) el minucioso conocimiento del anarquismo, como de una doctrina que se presenta como resultado de la investigación, generalización, profundización y sistematización, que aparecen en todos los tiempos de la historia de las aspiraciones instintivas e indefinidas de los desposeídos a la reconstrucción de la sociedad en los principios de la, justicia, - para aquellos compañeros que quieren, real y sinceramente, trabajar en la obra dei desarrollo del movimiento anarquista, pero que no tienen una clara concepción sobre el anar / - p . 6 - quismo, cómo de una forma determinada de organización de la vida social;

3) organizar todas las fuerzas vivas del anarquismo, unir a los partidarios de distintas corrientes anarquistas, juntar para el trabajo común a todos los anarquistas, los cuales quieren tomar seriamente parte activa en la revolución social y anarquista a desencadenarse, revolución que se concibe como un proceso de creación, más o menos prolongado, de nuevas formas de la vida social por las masas organizadas.

El grupo iniciador de anarquistas de Ucrania, Nabat, viendo la efectividad de aspiraciones análogas en organizaciones de anarquistas, que actúan en distintas partes de Ucrania, tomó la iniciativa de llamar a la primera confederación de organizaciones anarquistas de Ucrania Después de una serie de trabajos preparatorios, minuciosa elaboración de la orden del día y gira por Ucrania de los miembros del grupo iniciador, dando a conocer el congreso a realizarse y los problemas a resolver, realizóse la Conferencia, empezando sus deliberaciones el 12 y terminando el 16 de noviembre.

A la Conferencia asistieron los delegados de las siguientes organizaciones anarquistas:

Del grupo de los anarquistas de Alejandrovsk. 1, de tendencia: A. C. (= Anarquista Comunista, nota del traductor NDT). Del grupo de los anarquistas de Sernoff, 1, de tendencia: A. C. De la Federación de Elisabetgrad. 1, de tendencia: A. S. (Anarquista Sindicalista NDT) Del grupo iniciador redacción del Nabat, 4, de tendencia: 3 A. S. C. y 1 A. C. Del grupo de Kamenez-Padolsk, 1, de tendencia A. C. Del grupo del departamento Kam. Padolsk, 1, de tendencia: A. C. De la Asociación de Kieff, 7, de tendencia : A. -C. Del grupo-de Konotop, 2, de tendencia: A. C. Del grupo volante para la organización del terror y sublevación en Ucrania, 1, de tendencia : A. C. Del grupo de Nicolaieff, 1, de tendencia : A. S. C. Del grupo de Khakoff, 1, de tendencia: A. S. C. y cinco compañeros transeuntes, de los cuales uno era A. S. y-los cuatro restantes: A. C.

El delegado de la federación de Odesa (A. C.) vino por razones particulares,` después de la Conferencia, y se adhirió a todas las resoluciones tomadas. Los delegados que se esperaban de Ekaterinoslav; Kre / - p. 7 - menchug y Chernigoff no llegaron a la Conferencia.

De acuerdo con los problemas a resolver, elaboró el grupo iniciador una orden del día la cual, después de algunos agregados, quedó aceptada por la Conferencia, como sigue: [Informe de actividad] II Apreciación de la situación creada: a) De la situación internacional; b) De la situación rusa en general; c) De la situación de Ucrania.

III Movimiento de sublevación: a) Participación en los comités de guerra -revoluciovarios; b) Participación en los batallones de sublevados; c) Terror politico y económico (de fábrica y rural) ; d) Organización de la Cruz Negra.

IV Movimiento anarquista: a) Condiciones del trabajo anarquista en conjunto. Fines y medios del movimiento anarquista. Régimen transitorio. Soviets y autoridad de los mismos. Comités de fábricas y usinas. Uniones profesionales e industriales. Cooperativas. Comunas de Campesinos. b) Organización: grupos, federaciones, confederaciones; c) Agitación y propaganda: trabajo cultural-educativo. Periódico. Edición. d) Medios: cuotas de miembros, subsidios, expropiaciones. e) Organización del movimiento anarquista de toda Rusia.

V Lucha contra el mal empleo del nombre "anarquismo". a) Posesionamiento. Expropiaciones.

VI Varios.

[Listas de las resoluciones definitivamente adoptadas]

Declaración sobre las condiciones de trabajo en común de los anarquistas

Resolución adoptada por la primera Conferencia de organizaciones anarquistas de Ucrania, convocada a iniciativa del grupo anarquista de Ucrania Nabat y que tuvo lugar del 12 al 16 de noviembre de 1918

I -Informe de actividad

II -Análisis de la situación creada : internacional, rusa y ucraniana

III -El movimiento insurreccional

IV -El movimiento anarquista (ver la “ Declaración sobre ...anarquistas ”)

V -Nuestras relaciones con las organizaciones económica y políticas existentes

VI -Organización interna de los anarquistas [1) Objetivo de la organización ; 2) Constitución de la organización ; 3) Forma de la organización ; 4) Disciplina ; 5) Grupos de combate ; 6) Nombre de la organización.]

VII -La agitación y la propaganda

VIII -Los medions

IX - Organización del movimiento anarquista ruso

X -Lucha contra el abusivo del nombre anarquista

[Aparentemente el punto “ Varios ” no fue tratado]

Todos los asuntos indicados fueron considerados de la manera más acabada. Todas las resoluciones tomadas lo fueron por unanimidad. Fue creada en la Conferencia la Confederación de las Organizaciones Anarquistas / - p. 8 - de Ucrania, Nabat, eligiéndose el secretariado de la Confederación, compuesto por seis compañeros.

El punto preponderante de la orden del día y que más preocupó a la Conferencia, fue el problema sobre la obra de los anarquistas en conjunto. Todos los delegados presentes comprendían la necesidad de la unión. Pero nadie de ellos quería llegar a la unificación por el camino del silenciamiento de los problemas fundamentales o mediante compromisos en el terreno de los principios. Todos reconocían que la unión obtenida a este precio sería sumamente inestable, que resultaría pompa de jabón, castillo de naipes, que se derrumbaría al menor soplo de la realidad. De ahí que la Conferencia no tratase de suavizar las divergencias, de no ahogarlas, por el contrario, las descubría, las discutía minuciosamente, deshaciéndolas hasta los menores detalles. Y solamente después de que en las cuesciónes teóricas abstractas generales fue introducido un contenido vivo y real, quedó en claro que las divergencias que hasta ahora separaban a los anarquistas no existan más que en su imaginación, pero en manera alguna en la realidad. Los problemas irresolubles resultaron ser molinos de viento, para abatir a los cuales gastaron los anarquistas exceso de fuerza, de energía y de tiempo. La Conferencia reconocíó la posibilidad y necesidad de la unión y adoptó por unanimidad la declaración que esboza el tipo del anarquismo único.

La unificación de los anarquistas que trabajan en Ucrania, realizóse con suma facilidad, porque el trabajo vivo en el país reclamaba imperiosamente esta unión. Sabemos de antemano que parte de los compañeros consideran el hecho realizado de la unificación muy negativamente. Pero esto no nos confunde en lo más mínimo, porque sabemos también que estos compañeros están apartados de la realidad. Lejos del contacto con la vida, se queman ellos en su propio fuego, enredándose inútilmente en construcciones filosóficas caducas. Apreciando más la frase y la fórmula que el contenido y el fondo, y condenados por ende a vagar en el círculo encantado, han muerto sin esperanza para el movimiento anarquista. Pero todas los compañeros, que con seriedad se dedican al problema de la participación / - p. 9 - de los anarquistas en la revolución, pueden únicamente saludar con júbilo la cancelación definitiva del problema del trabajo en conjunto; resolución que encontró su expresión en la declaración de la Conferencia, y que abre de esta manera una nueva era en el movimiento anarquista.

Por lo pronto no se ha conseguido la unión más que para el movimiento anarquista en Ucrania. Pero la Conferencia no se limitó a esto solo. El secretariado de la Confederación quedó encargado de iniciar los trabajos para la unificación del movimiento anarquista en toda Rusia y después en el mundo entero. La creación de un movimiento anarquista internacional único, he ahí el problema vital, para la realización del cual dio el primer paso la primera Conferencia de las organizaciones anarquistas de Ucrania. Y todo compañero serio, sincero y leal, no puede menos que desear que los pasos sucesivos en esta dirección, tengan tanto éxito como el primero, y que los anarquistas unidos de todo el mundo puedan hacer lo que les sea posible, para el triunfo de la revolución social a desencadenarse, la cual, con la creación de un nuevo mundo de justicia, destruirá el viejo mundo de opresión y violencia.

El Secretariado de la Confederación de las organizaciones anarquistas de Ucrania, Nabat. (Aceptado por unanimidad por la primer Conferencia de organizaciones anarquistas de Ucrania en la sesión del 16 de noviembre de 1918).

[Declaración] sobre las condiciones del trabajo en conjunto de los anarquistas [adoptada por unanimidad por la primera Conferencia de organizaciones anarquistas de Ucrania en la sesión del 16 de noviembre de 1918]

El reinado universal de la esclavitud, la ignorancia y el estancamiento, que predominó en las relaciones sociales y en la convivencia de la humanidad, - debido a toda una serie de causas - durante miles de años, empieza a derrumbarse. Tiende radicalmente, al mismo / - p. 10 - tiempo, a convertirse en reinado universal de la libre unión y el trabajo voluntario, de la luz y el movimiento creador en general. La humanidad entra ahora en la época de esta conmovedora y gigantesca destrucción creadora: en la época de la gran Revolución.

Una vez iniciada esta revolución - debido a las condiciones excepcionales en las que se desenvuelve - tiene grandes probabilidades de abarcar, en un porvenir más o menos próximo, todos los países, volviéndose, de esta manera, verdaderamente universal, y por ende, firme y definitivamente victoriosa. La victoria definitiva de la revolución universal - cualesquiera que sean las formas primarias que adoptara esta revolución - en los distintos países -, significará su imprescindible transformación ulterior en revolución social.

El inconmensurablemente importante y sobresaliente fondo del proceso de la revolución universal que de esta manera se perfila consista en que este proceso, a medida que se va realizando, significa el principio de la evolución consecuente de la humanidad: el amplio movimiento de las masas y convivencia humana en dirección a las formas más completas de la sociabilidad, al más amplio y multiforme desarrollo de cada individualidad humana, a la consecución de toda la armonía ideal posible entre la sociedad, como medio - como base material indispensable - y el individuo, como fin, como el tesoro más preciado de la creación y de la realización espiritual de la humanidad.

Aunque la historia de las sociedades humanas era, hasta ahora, (en cierto - bastante relativo - sentido de la palabra y en cierto - bastante débil - grado) movimiento de avance, fue, sin embargo, este proceso de avance en todo momento tan estrecho, ligado, oculto, limitado, deformado y alcanzaba a un número de hombres tan reducido y tan comparativamente insignificante, que - desde el punto de vista del movimiento de las formas de convivencia social de millones de seres humanos, desde el punto de vista general histórico, mundial y humano - aparecía este avance en realidad casi como "marcando el paso", casi inmóvil.

Ahora se abre por fin la posibilidad de evolución íntegra, amplia, abierta y libremente humana; - la evo / - p. 11 - lución de las masas, de las agrupaciones- y de las individualidades.

Por fin emprende la humanidad resueltamente el camino. Por fin empieza a caminar. Por fin se encuentra en el estado de movimiento general, incesante y creador.

No es difícil - con más o menos dosis de verosimilitud, - prever las fases más próximas, las formas y la naturaleza de este gran movimiento. Consecuentemente (ya por el tempestuoso avance desolador, ya por el crecimiento de la conciencia y por la tranquila actividad creadora), venciendo todas las dificultades, obstáculos y errores que se le opongan en su camino (la resistencia de la burguesía y de la contrarrevolución; el estancamiento del conglomerado político-estatal "socialista-comunista", impotente para la creación, introducido por los partidos políticos extremos, tenderán implacablemente las innumerables masas laboriosas a crear ahora ellas mismas "su" asociación libre, real y consiguientemente fecunda, por el camino de la edificación de clases (y no partidaria), económica (y no política) de una unión viva, armoniosa y que abarque a todas las infinitamente multiformes organizaciones de la humanidad trabajadora, productora y consumidora.

Así, a la par que con la consecuente destrucción y anulación de la asociación artificial y autoritaria (imperialista-burguesa y socialista-estatal), convivencia impotente para destruir de hecho el viejo régimen y construir el nuevo, e incapaz de satisfacer las aspiraciones y exigencias de las masas en liberación - el pueblo. una vez conmovido, se verá en la necesidad de crear por su propia cuenta una asociación realmente nueva, auténticamente comunista, basada y ligada económicamente, sin autoridad. La misma vida los conducirá a la necesidad de esta forma de organización. Porque sentirán y comprenderán inevitablemente que, en caso contrarío; su obra está condenada a perecer.

Todo este proceso del derrumbamiento de la forma de convivencla político-autoritaria (la capitalista-burguesa o pseudo-comunista) y su paulatina suplantación creadora por una forma nueva, económica-popular, anti / - p. 12 - autoritaria, auténticamente comunista, - incluso la llegada de la era del tranquilo desarrollo ulterior de la nueva organización social definitivamente formada -es lo que llamamos revolución social. (Toda otra revolución, puede únicamente tener una mezcla más o menos grande de contenido social). Y afirmamos, que la revolución social puede realizarse (si posee suficientes fuerzas objetivas) solamente en estas formas y únicamente por este camino, - o no se realizará, y será, al final de cuentas, aplastada (o sea, terminada en un fracaso y en la resurrección - bajo unas u otras formas del régimen capitalista-burgués). O la revolución social, destruyendo y venciendo las formas revolucionarias pervertidas y desarrollándose incesantemente, hallará, a pesar de todos los obstáculos, su auténtica antes descripta forma, o la revolución social no se realizará.

De esta manera es evidente que la revolución social es un proceso destructivo-constructivo (revolucionarlo-evolucionista) más o menos largo, únicamente realizable mediante la intervención en el mismo del amplio movimiento de grandes masas populares que vencen los obstáculos, destruyen las vallas, subsanan los errores, y que se encaminan - poco a poco - por el camino verdadero de la construcción social y que crean nuevos modos de convivencia entre los hombres.

Es también evidente, que en su parte creadora es el proceso éste la germinación, el desarrollo, fortalecimiento y unificación de una manera real de organizaciones de trabajo y económicas, que tomarán en sus manos - o sea bajo su vigilancia y administración - tanto todos los medios, materiales y herramientas de labor, como también la organización de la nueva producción, el consumo, transporte y cambio de productos.

Es indudable que un problema tan colosal como la creación - sobre lo destruido - de una nueva agricultura, de una nueva industria, de un nuevo intercambio, transporte, comercio, etc., pueden únicamente realizarlo las masas rurales y ciudadanas bien organizadas y estrechamente ligadas entre sí.

Y es, finalmente, claro que el fondo de todo este proceso no puede ser otra cosa más que una aspiración tenaz, profundamente real y consciente y el principio / - p. 13 - de la creación de la convivencia libre, sin autoridad, económicamente igualitaria y libremente organizada.

Si ahora intentáramos hacer un esbozo de la comuna anarquista y de su composición, resultaría que este cuadro estaría en concordancia con todo lo que hemos expuesto hasta aquí. Y quedaría en claro para nosotros, que todo el proceso que veníamos exponiendo y su resultado directo - que venía creciendo a medida del desarrollo del, mismo proceso - no es otra cosa que la construcción inmediata de la comuna anarquista y la comuna anarquista misma.

En realidad, ¿qué es en el fondo la construcción de una ciudad-comuna sino la creación correspondiente de una red potente de organizaciones económico-sociales (de trabajo, de producción y de consumo), las cuales, creciendo, ampliándose e integrándose, buscan de unirse, en los principios de la unión igualitaria y sin autoridad, toda la población de la ciudad, tomando bajo su administración y asegurándole los medios de subsistancia? ¿Qué es la misma ciudad-comuna sino un gran mecanismo administrativo, puesto en movimiento por la libre e incesante actividad creadora de la población, unida sin imposición en innumerables uniones económicas, que posee en común todas las herramientas del trabajo, que produce, consume y exporta al exterior - los materiales sobrantes?

No cuesta más ver que también la aldea - en el mismo proceso de la revolución social - se verá en la necesidad ineludible de abocarse a la construcción (o la libre asociación comunal sin autoridad o sea, de la comuna anarquista, que poseerá la tierra y los útiles de labranza, de acuerdo a los principios comunistas y que organizará su trabajo sobre bases comunistas. El análisis más superficial nos muestra que sin estas condiciones no puede la pobreza campesina ni trabajar como es debido la nueva tierra, ni sacar de ella todo lo necesario, ni encauzar un intercambio regular de productos con la ciudad-comuna. En este proceso de comunización de la aldea será rápidamente absorbida la parte más rica de los campesinos, ya sea quitándoles la tierra y las herramientas comunales, como también por su adhesión voluntaria; convirtiéndose, de esta manera, también la / - p. 14 - aldea, directamente y en corto espacio de tiempo (durante el proceso de la revolución social) en aldea-comuna.

La necesidad efectiva de un ligamiento estrecho y de un intercambio mutuo de mercaderías no tardará en crear uniones sólidas de aldeas-comunas con las ciudades-comunas, o sea, nada menos que la libre federación de las comunas de ciudades y aldeas.

Resumiendo: el mismo proceso de la revolución social - destructivo, por cuanto destruye las viejas y mentirosas formas de organización -, aparece, en su parte creadora, desde un principio, anarcocomunista por su contenido, no pudiendo ser de otra manera. La revolución social es ya de por sí el proceso de construcción de la comuna anarquista. Su principio es el principio de esta construcción, el principio de la formación de la comuna anarquista.

La conclusión que sacamos es clara: no cabe discusión alguna sobre "periodo transitorio" alguno entre el "capitalismo destruido" y el "régimen anarquista". En realidad no hay tal periodo transitorio. No bien empezamos a representarnos la construcción de la comuna anarquista, cuando ante nosotros se levanta el lado creador de la misma revolución social, no habiendo donde meter esta pretendida época intermedia entre el final de la revolución social y el principio del régimen anarquista. El paso desde el momento del derrumbamiento del régimen capitalista burgués al comunismo anárquico no es el "estado transitorio", sino el principio inmediato de la construcción de la misma comuna anarquista El dominio temporal del partido político no puede en manera alguna considerarse "estado transitorio" y entra correlativamente en el trabajo de los anarquistas. Esto no es aún la revolución social. En realidad es continuación y remate de la revolución política, la cual, o hará sucumbir toda la revolución, o será desechada y suplantada por la revolución social. La tempestad aun no amaina. Tranquilidad no hay, no pudiéndose hablar de ningún periodo transitorio. Si el bolchevismo sale vencedor en la lucha, se iniciará pronto la revolución social (o sea, la anarquista comunista), la impotencia creadora del bolcheviquismo (del parti / - p. 15 - do) hará que las masas lo abandonen. La actividad propia creadora de las masas que prosiguen la revolución integral las sacará del camino amplio de la construcción anarquista comunista. [Por supuesto aquí aparece un error. El texto ruso es "La actividad creadora continua de las masas sin dañar a la revolución, las conducirá por la amplia vía de edificación del anarcocomunismo. "]

La revolución social puede no realizarse. Pero en la revolución social (dado el caso que se produzca) no hay lugar para el "período transitorio".

La adaptación de este axioma es la primera condición indispensable para que las corrientes anarquistas antagónicas puedan, al fin, darse la mano y laborar en conjunto.

Pues, siendo anarcocomunista por su contenido, deberá ser, como hemos visto, la revolución social, por el principio de organización que germina dentro de ella, eminentemente "sindicalista" (partiendo del principio de la organización de las masas) por su método de organización. Únicamente la masa organizada, mediante la creación, afianzamiento y conjunción de sus organizaciones de clase, es capaz de resolver el gran problema creador de la revolución social, la construcción de la comuna anarquista.

Precisamente como método de organización es como hay que interpretar la palabra sindicalismo, del anarcosindicalismo ruso, y reconocer que sin la acción conjunta de las organizaciones de las masas (las cuales, durante la revolución social, se convertirán inevitablemente en revolucionarias), es imposible resolver el problema de la revolución social, es imposible socializar, organizar y asegurar el nuevo aparato económico.

El reconocimiento de esta particularidad es la segunda condición de la posibilidad del trabajo de los anarquistas en conjunto.

[Observemos de paso, que todo lo expuesto antes permite afirmar con fuerza otras dos posturas, reconocidas hace tiempo por todos los pensadores anarquistas :

1) La revolución social y la construcción de la comuna anarquista son un trabajo organizacional y creador, y en una gran medida constructivo, y no un proceso espontáneo insurreccional.

2) La revolución social no podrá ser llevada a cabo sino por las masas trabajadoras y no por anarquistas (o partidos). El reconocimiento de estas posturas permitirá también un acercamiento de todos los anarquistas.

Por fin, es indispensable prestar una gran atención a la siguiente condición, el “yo ” individual nunca podrá florecer en el marco de un proceso únicamente material.

La revolución social en sí, como proceso liberador de la vida social de todo lo que obstaculiza su camino y como transformación en unión de comunas libertarias, dará un estímulo poderoso al espíritu de liberación y desarrollo de cada personalidad. La individualidad libre, viviente y creadora, aparecerá y empezará distintamente a plantear sus peticiones, sus intereses y sus aspiraciones. Cada individuo se convencerá enseguida del objetivo prioritario que seguir : la participación activa en la edificación de la nueva sociedad, para orientarla hacia las posibilidades individuales más grandes, para incorporarle la libertad bajo todos sus aspectos; para conseguir de la sociedad que respete cada vez más el tesoro que representa el desarrollo amplio, libre y creador de cada individuo. Y conforme satisfagan las condiciones materiales a todos los miembros de la sociedad, habrá por otra parte la respuesta a todas las necesidades individuales, y por otra (para todos de modo igual) la liberación individual será cada vez más exigida, como meta. Su libre desarrollo es, en efecto, el sentido real de cualquier proceso de la organización social (y su misma existencia).

Sobre la base de todo lo expuesto anteriormente, llegamos a la conclusion de que para el anarquista no hay razón alguna de descartar, en teoría o provisionalmente, el individualismo del comunismo, o el comunismo del sindicalismo. Estimamos que es hora, en definitiva, para todos los verdaderos anarquistas de aceptar y reconocer esta orientación, verdad completamente acabada.

Estos tres elementos (el sindicalismo, el comunismo, y el individualismo) son tres aspectos de un único y mismo proceso la construcción, por el método de la organización de clase de los trabajadores (el sindicalismo), de la sociedad anarcocomunista que no es más que la base material necesaria a la plenitud completa del individuo libre. Estos tres elementos coinciden cronológicamente, y se manifiestan con fuerza desde el inicio de la revolución social.

A esta triple orientación, cualquier anarquista debe estar siempre él mismo preparado en todas las fases, y preparar a los demás.

Por eso afirmamos que el tipo de anarquista, real, completo y fuerte, no debe ser ni particularmente “sindicalista”, ni precisamente “comunista” o específicamente “individualista”. Tiene que ser los tres a la vez. Tiene que ser simple y solamente anarquista. Debe jugar con todos los rayos que representa el sol de la anarquía. Debe crear y actuar con estos tres elementos del anarquismo completo. Debe ser anarco-comunista, aceptando el anarcocomunismo como inmediato, sin ninguna “etapa transitoria”, como base mate-rial organizacional de la nueva sociedad que se construye con el proceso de la revolución social. Y debe ser anarcosindicalista, en el sentido de la aceptación de la organización sin partidos de las masas, porque es la palanca de la edificación de la revolución social. Y debe ser anarcoindividualista, reconociendo que sólo el interés del desarrollo espiritual completo de la individualidad libre justifica este proceso material.

Pensamos que así, hasta los representantes de ciertas categorías del anarcoindividualismo (sino todas) hallaron su lugar en los rangos de los trabajadores anarquistas.

La revolución social puede suceder o no. Pero si ocurre efectivamente, no plantea ninguna duda para nosotros que será anarcocomunista por su forma organizacional, sindicalista por el método, e individualista en sus aspiraciones espirituales. Por ello los anarquistas - que son los apóstoles y los iniciadores de la revolución- se esfuerzan desde hace mucho, en lugar de un inútil distanciamiento recíproco sobre profundas razones, en encontrar un lenguaje común, darse la mano y unirse por un trabajo colectivo a partir de una plateforma de anarquismo único y completo. (adoptado por unanimidad)

[Resoluciones adoptadas en la primera Conferencia de organizaciones anarquistas de Ucrania, a iniciativa del grupo de anarquistas ucranianos Nabat, que tuvo lugar los 12 - 16 de noviembre de 1918

I informe de las delegaciones

Tras escuchar los informes de los delegados de grupos locales, la primera Conferencia de Organizaciones Anarquistas de Ucrania constata :

1) Que grandes masas de la población de Ucrania, bastante decepcionadas durante el momento del régimen estatal y político del partido bolchevique, sienten simpatía y muestran un gran interés por la propaganda anarquista y existe una aceptación extraordinaria de la militancia anarquista;

2) Que el Grupo de Iniciativas de Anarquistas de Ucrania Nabat, poco tiempo después de su formación, echó las bases de un trabajo organizacional para los anarquistas en Ucrania, y que las tareas inmediatas consisten en continuar ampliando y ahondando este trabajo, al participar activamente en el movimiento insurgente en Ucrania contra los enemigos de la revolución;

3) Que ante ciertos aspectos negativos inherentes al movimiento anarquista que se abordan más lejos en las resoluciones sobre la organización, sobre el empleo abusivo de la palabra anarquismo, y sobre las expropiaciones, los mayores obstáculos a la realización de las tareas indispensables indicadas son en la actualidad: la ausencia entre los trabajadores de una concepción clara de las orientaciones anarquistas positivas y creadoras, asicomo la de medios materiales impresicindibles para amplias aplicaciones a largo plazo, y por fin la presencia de conceptos erróneos entre los trabajadores.]

Constatando este déficit considerable en el movimiento anarquista en Ucrania en el momento actual, considera la Conferencia absolutamente indispensable dirigir los más enérgicos esfuerzos para hacer desaparecer paulatinamente los obstáculos indicados y expresar la esperanza en la actividad fecunda en esta dirección del grupo iniciador y las demás organizaciones anarquistas de Ucrania. (Aceptada por unanimidad). / - p. 16 -

II. Apreciación de la situación creada: internacional, rusa en general y ucraniana

Constatando que la mayoría aplastadora de los anarquistas se puso, desde el principio de la guerra mundial, en el punto de vista de la revolución internacional y conceptuaba la guerra como prólogo a la inevitable revolución mundial y posiblemente social; constatando, más adelante, que la extensión de la revolución más allá de Rusia aparece ahora, con el principio de la revolución en Alemania y en otras partes, como un hecho realizado, la Conferencia aprecia la situación creada de la siguiente manera: -1-

a) Una vez pasados los límites de Rusia y empezando a desenvolverse en el plano internacional, tiene la revolución grandes probabilidades de abarcar, en un futuro más o menos próximo, todos los paises, volviéndose, de esta manera, universal, o sea, firme y definitivamente victoriosa.

b) La probable victoria definitiva de la revolución universal - cualesquiera que sean las formas primarias que adopte en los diversos países - asegurará su inevitable transformación ulterior en Revolución social internacional.

c) Una vez iniciada en el plano internacional, tendrá la revolución social grandes probabilidades - no deteniéndose en el funesto callejón sin salida del impotente para la creación, policiaco-estatal socialista-comunista, en implantación por el partido político extremo (bolchevique) - de volver del falso camino del partido polííico y salirse del atolladero al amplio camino creador de la revolución verdaderamente social, impartidista y antiautoritaria, económica y de clase, o sea, revolución anarquistacomunista. [- 2 -]

Colocándose en este punto de vista, considera la Conferencía que el camino recorrido hasta ahora por la revolución rusa, es la primera etapa, el primer salto de la gran revolución, que tiene grandes probabilidades de convertirse en universal, social, y, al final de cuentas, en anarquista.

La Conferencia, cree, que transitoriamente rematada / - p. 17 - por la victoria del partido político-autoritario estatal, quedó la revolución rusa por un tiempo encerrada en un callejón sin salida; quedó parada en un punto muerto. La primera etapa de la gran revolución ha, de esta manera, pasado. Experimentándose esta parálisis temporal, han tenido las masas trabajadoras de Rusia que sentir inevitablemente (y ya lo sienten y reconocen) toda la impotencia para la creación y organización de la revolución autoritaria, politico-partidista y estatal. Y si este debilitamiento de la revolución no la hace, a pesar de todo, volver atrás, es solamente porque están presentes grandes fuerzas objetivo-materiales, que la sostienen temporariamente en este punto muerto y aseguran su ulterior movimiento de avance.

Las revoluciones que actualmente se llevan a cabo en Alemania y otros países centrales (Austria-Hungría, Bulgaria, etc) las considera la Conferencia como la segunda etapa, el segundo salto de la revolución, que tiende a convertirse en universal, social y anarquista.

La Conferencia cree, que aunque esta segunda etapa dará un poderoso impulso al desarrollo ulterior de la revolución internacional, no la sacará sin embargo del atolladero de la revolución politico-estatal, partidista y autoritaria. Antes al contrario: la victoria de la revolución en los países centrales fortalecerá y afianzará momentáneamente el triunfo del partido político extremo (bolchevique).

Recién cuando en la arena de la revolución salgan Francia, Inglaterra, Italia y España, - o sea países con un aparato de partido débilmente desarrollado y en cambio con un fuertemente desenvuelto movimiento impartidista, obrero, de clases y anarquista - iniciaráse la tercera y última etapa fundamental, el tercer salto de la revolución. Únicamente este salto podrá dar a la revolución internacional el vivificante empuje final en dirección a la revolución verdaderamente social y anarquista. Solamente este salto indicará a Rusia, Alemania y otros países, la salida del atolladero creado por la revolución del partido político.

La Conferencia cree que la revolución en Francia, Inglaterra, Italía, España (y después en América y así sucesivamente) se presenta, a pesar de todos los obs / - p. 18 - táculos que pueda oponérsele, inevitable, no siendo más que cuestión de más o menos tiempo.

En lo que se refiere a Ucrania, cree la Conferencia que aquí, en fuerza de condiciones absolutamente excepcionales, es el terreno para la revolución social anarquista extraordinariamente favorable ahora mismo. En Ucrania se presenta la nueva, segunda revolución, después de la enseñanza y experimento de la primera, después de hacer la prueba del régimen del partido político bolchevique. En fuerza a estas condiciones - ya estalle la revolución ucraniana ahora mismo o se desenvuelva después de la lucha con el imperialismo aliado - tendrá esta revolución grandes probabilidades de convertirse rápidamente en verdaderamente social y anarquista e influir, por su parte, de un modo decisivo, en el desarrollo ulterior de la revolución, tanto en Rusia como en el resto del mundo.

Y finalmente, tocante al temor que abrigan algunos compañeros respecto de América, Japón y China, cree la Conferencia : aún en el caso, harto improbable, de la no adhesión inmediata de estas partes del mundo a la revolución internacional y tentativas de ataque á la última, apenas podrán oponerse al proceso de la revolución universal, siendo lo más probable, que tarde o temprano se verán, a su vez absorbidos por el proceso revolucionario.

[- 3 -]

Atendiendo lo antedicho, e incluyendo toda una serie de deducciones teóricas de carácter general, llega la Conferencia a la conclusión siguiente :

Aunque las probabilidades de la contrarrevolución universal, y especialmente las probabilidades de la perversión político-estatal de la revolución, son bastante grandes, son no obstante, extraordinariamente grandes también las probabilidades de la victoria integral y definitiva de la revolución universal, que posee enormes fuerzas objetivas, y su transformación ulterior en revolución auténticamente social y anarquista.

Razón por la cual invitamos á todos los anarquistas rusos y a sus organizadores a que dirijan el máximum de sus emergías sobre los siguientes problemas prácticos más inmediatos:

a) Reanudación inmediata e intensificación de las / - p. 19 - relaciones con los anarquistas de otros países, especialmente con anarquistas, organizaciones anarquistas y obreros de Alemania, Francia e Inglaterra y la más pronta implantación de la agitación anarquista en el plano internacional:

b) Organización inmediata del trabajó anarquista, único y regular en Rusia en la más amplia escala,

y c) La participación más activa en el movimiento de sublevación y revolución en Ucrania, con el fin de fundir la obra puramente de sublevación con el movimiento revolucionario en general de las amplias masas de la población y encauzar uno y otro en el lecho común de la revolución y organización verdaderamente social, anarquista comunista. (Aceptado por unanimidad).

III. SOBRE EL MOVIMIENTO DE SUBLEVACIÓN

Atendiendo:

a) la necesidad de la lucha más activa contra las fuerzas contrarrevolucionarias de toda especie que se enseñorearon en Ucrania y la utilizan como punto de apoyo;

b) la necesidad de introducir, lo más posible, en esta lucha el espiritu anarquista, encauzando, de esta manera, en dirección anarquista la victoria próxima y la organización de las fuerzas de la revolución, reconoce la Conferencia la necesidad de una participación amplia y activa de los anarquistas en el movimiento de sublevación en Ucrania.

Atendiendo la inutilidad o hasta el significado negativo de los batallones puramente anarquistas, de mostrado por la experiencia, reconoce la Conferencia la inutilidad de los mismos.

Tocante a la participación de los anarquistas en toda clase de batallones de sublevados y organizaciones no anarquistas, la Conferencia reconoce:

1) Indispensabilidad de la participación de los anarquistas en los batallones de sublevados de toda especie y, particularmente, en los batallones de sublevados (obreros, campesinos) impartidarios, organizados por los anarquistas; 2) Es posible la participación de los anarquistas en toda clase de organizacion de sublevados (comités re / - p. 20 - volucionarios de guerra, estados mayores, etc.), en las siguientes indicaciones:

a) Los comités revolucionarios de guerra y otras organizaciones similares pueden ser interpretados por los anarquistas únicamente como órganos técnico-ejecutivos (que aparecen como directores dentro de las actividades de operaciones puramente militares), pero bajo ningún punto de vista como órganos administrativos o díspositivos, que plantean - en cualquier forma que sea - el problema de la autoridad o la toman en sus manos;

b) En las organizaciones (comités revol. de guerra, estados mayores, etc.), que llevan carácter de instituciones de partidos políticos y autoritarios, no pueden tomar parte los anarquistas. En las partes donde existieren deben los anarquistas hacer todo lo posible para crear organizaciones análogas impartidarias;

c) Los anarquistas pueden colaborar en organizaciones que no tienen carácter político-partidario ni autoritario. Pero, en el caso de transformación de las organizaciones en las que ellos tomen parte en organizaciones partidario-políticas, deberán los anarquistas abandonarlas y tratar de crear organizaciones análogas impartidarias por separado;

d) Los anarquistas organizarán comités revolucionarios de guerra allá, donde no hubiere ninguno.

Nota. En casos excepcionales - como por ejemplo, en momentos críticos de la lucha, cuando la revolución es decisiva para su salvación - es permitida la participación provisoria de los anarquistas en las organizaciones revolucionario-militares que llevan el carácter de partido político, pero únicamente con fines puramente informativos.

La Conferencia llama la atención especial de los compañeros sobre la necesidad ineludible de:

1) no contentarse, encontrándose en los batallones de organizaciones revolucionario-militares, con ser simple combatiente; sino que consagrar todo su tiempo disponible a la actividad de propaganda, tratando de desarrollar y fortalecer en los miembros de los batallones y organizaciones ideas y hábitos de carácter anarquista; despertar el espíritu de iniciativa y actividad propia, inculcar / - p. 21 - ciertos principios morales y culturales y tratar, finalmente, de ayudar a que se apropien los principios fundamentales del anarquismo y

2) no encerrarse en el círculo estrecho del batallón o de la organización, síno que siempre tender a ligar la vida y la actividad del batallón y de la organización con la vida de la población, tratando por la palabra y el hecho excitar y fortalecer en la población la simpatía a los sublevados, desarrollar en la población una dedicación consciente a ¡a obra de la sublevación, atraer la población al apoyo efectivo de los sublevados y - sobre todo - despertar en la población una simpatía consciente a la idea y organización anarquista,

Esta actividad de los compañeros es sumamente importante, a los fines de preparación de la población trabajadora a utilizar la próxima revolución en el sentido anarquista.

Sobre el terror político y económico En el momento actual de la lucha ilegal y armada de la revolución contra sus violadores en Ucrania, reconoce la Conferencia la necesidad de la aplicación más amplia del terror tanto en el terreno politico como - y especialmente - en el económico, con las miras a ampliarlo hasta las proporciones del terror de las masas. Llama, en esto, la atención de los compañeros sobre la necesidad de observar una conducta extremadamente cuidadosa para con el patriotismo popular.

Sobre la ayuda a los anarquistas perjudicados Atendiendo, que en la lucha ilegal y armada que se está llevando a cabo en Ucrania hay y habrá más vlctimas de esta lucha, recomienda la Conferencia a todas las organizaciones anarquistas en Ucrania destinar fondos especiales para la ayuda de los compañeros perjudicados y a sus familias. (Aceptado por unanimidad).

IV. SOBRE EL MOVIMIENTO ANARQUISTA (Condiciones del trabajo de los anarquistas en conjunto. - Fines y medios del movimiento anarquista. - Régimen transitorio). Véase la declaración correspondiente. / - p. 22 -

V. NUESTRA RELACIÓN PARA CON LAS ORGANIZACIONES ECONÓMICAS POLÍTICAS EXISTENTES (Soviets y el poder de los mismos. - Comités de fábricas y usinas. - Uniones profesionales e Industriales, cooperativas. - Comunas campesinas de labor).

Basándose en las consideraciones generales, expresadas en la declaración, encuentra la Conferencia:

Es totalmente deseable la participación de los anarquistas en toda clase de organizaciones económicas impartidarias, - de ciudades y aldeas - aún desfiguradas, alteradas y debilitadas por la revolución política-partidaria, pero que a pesar de ello, siguen aparentemente el camino inequívoco de la construcción de nuevas formas de vida y que se unen entre sí de abajo arriba, desde las pequeñas organizaciones que germinan en las poblaciones hasta los grandes consejos regionales de organización que abarcan, todas las empresas. Entre estas organizaciones pueden, en el momento actual, ser incluidas las siguientes: Comités de fábricas y usinas y otras organizaciones de fábricas, usinas, ferrocarriles, etc., y sus anexos; los comités de pobreza, comunas campesinas de trabajo y otras organizaciones campesinas y sus anexos. Es sumamente deseable la creación de consejos comunes de las organizaciones económicas de obreros y campesinos.

En lo que se refiere a las cooperativas, es completamente permitido a los anarquistas participar en las mismas; pero, atendiendo su carácter semi-burgués en los momentos actuales la Conferencia recomienda tratarlas con precaución. Las uniones profesionales son consideradas por la Conferencia como una forma envejecida de la organización obrera, incapaz por su propia naturaleza, de desarrollar una acción revolucionaria y crear algo vivo, que no responde a las exigencias de la época y que no merecen, por consiguiente, especial atención.

La unificación de las empresas por industria (uniones industriales) como parte integral con los propuestos consejos de las organizaciones obreras de las empresas / - p. 23 - del esquema común de la construcción económica, de nuevas formas de vida, cree la Conferencia ser bastante adecuada.

Tocante a los consejos de diputados actuales, están tan lejos del tipo del soviet regular, que une a las organizaciones revolucionarias sociales y están tan impregnadas del espíritu del partido, político, burócrata y autoritario, que la Conferencia niega la posibilidad (a excepción, quizás, de algunos - bien pocos - soviets, donde las tendencias autoritarias no son tan evidentes) de la participación en ellos de anarquistas.

La Conferencia llama especialmente la atención de los compañeros sobre los siguientes puntos importantes:

1) En unas o en otras organizaciones, debe el anarquista dirigir continuamente sus esfuerzos para desarrollar en ellas hábitos y principios anarquistas, espíritu anarquista y, dentro de lo posible, conciencia y acción anarquista.

2) En caso de transformación total de organizaciones semejantes en perdidamente partidistas y autoritarias, lo mejor que pueden hacer es abandonarlas.

3) Encontrándose en toda clase de organizaciones, no debe el anarquista unir su voz a ningún lema y salida autoritaria de estas organizaciones, explicando lo más claramente posible, en estos casos, la razón de su negativa.

4) El anarquista debe agitar tenaz y constantemente por la creación, en lugar de los consejos de diputados actuales, de consejos verdaderos de las organizaciones de obreros y campesinos, impartidistas y antiautoritarias, que unan enverdad las organizaciones de las poblaciones por empresas y aldeas, y efectivamente capaces de traer a la realidad la organización del nuevo régimen social. (Aceptado por unanimidad).

VI. SOBRE LA ORGANIZACIÓN INTERIOR ANARQUISTA

Considerando, que una de las razones principales del fracaso del movimiento anarquista en la revolución actual, fue la ausencia de organizaciones anarquistas, li / - p. 24 - gadas entre sí, debido a lo cual no dejó el trabajo anarquista huella demasiado profunda en las masas obreras, la primer Conferencia de las organizaciones anarquistas de Ucrania cree que es de una necesidad ineludible la unificación de los anarquistas mediante la creación de un armonioso movimiento anarquista. Llamando la atención de los compañeros sobre el hecho que, viviente, y fecunda puede ser tan sólo aquella organización en la que la unificación no lleva un carácter de formalidad, sino en la que sus mismos miembros están unidos por la comunidad del objeto y unidad de los medios de su consecuclón, adopta la Conferencia el siguiente esquema de organización:

1. OBJETO DE LA ORGANIZACIÓN La organización de los ánarquistas tiene por objeto fundamentar el trabajo del ideal anarquista entre las masas laboriosas. La organización de los anarquists en ningún momento pretende jugar el papel de los partidos políticos, que prometen la liberación de las masas oprimidas mediante el apoderamiento de la autoridad por el partido político, ya que los anarquistas están firmemente convencidos de que la emancipación de los obreros será obra de los obreros mismos.

2. COMPOSICION DE LA ORGANIZACIÓN Todo compañero, que conoce la doctrina anarquista, que participa de sus conclusiones fundamentales y se coloca en el punto de vista de la primer Conferencia de los- anarquistas de Ucrania, puede ser miembro de la organización anarquista.

Las condiciones de recepción de nuevos miembros son elaboradas por cada grupo.

Los simpatizantes del anarquismo se organizan en grupos y círculos de simpatizantes y, por la ilustración de la enseñanza anarquista, puede, por recomendación de miembro del grupo, ser aceptado en las organizaciones anarquistas. / - p. 25 -

3. FORMA DE ORGANIZACIÓN Los partidarios del anarquismo se organizan en grupos en sus poblaciones respectivas. Los grupos se unen en federaciones de ciudades o regionales. Las federaciones se unen en la Confederación.

Cada grupo elige entre sí un secretario, que administra sus asuntos y mantiene las relaciones con otras organizaciones. Las federaciones de ciudades y regionales organizan un secretariado, que es elegido en la.asamblea general de los miembros de las federaciones y delegados de los grupos. El secretariado cuida de abastecer a los grupos de literatura, agitadores, lectores y propagandistas; administra, en general, los asuntos de la federación.

Los delegados de los grupos forman el consejo federal el cual discute todos los asuntos correspondientes al movimiento anarquista de la ciudad o región. Las resoluciones del consejo federal son llevadas a la práctica por el secretariado general.

El secretariado de la Confederación es elegido en el congreso de las organizaciones anarquistas y conserva sus atribuciones hasta el nuevo congreso. Es obligación del secretariado de la Confederación: la edición del órgano impreso, edición de libros, organización de escuelas de propagandistas, distribución de los miembros activos por las organizaciones, convocación de congresos, relaciones con las organizaciones anarquistas de otros países.

Nota: Luchando con todas sus fuerzas contra la centralización y presentando la completa autonomia a las organizaciones adheridas, cree sin embargo conveniente la Conferencia que las partes editora y financiera de nuestro movimiento sean, dentro de lo posible, concentradas en manos del secretariado de la Confederación, para que las organizaciones, libres de estas preocupaciones, puedan dedicarse en absoluto al trabajo entre las masas.

4. DISCIPLINA Entrando en la organización, todo compañero tiene / - p. 26 - la obligación moral de tratar de aplicar en la vida los principios y problemas de la organización. La obligación de los que se encargan de algunas diligencias es cumplirla. Todas las acciones en nombre del grupo tienen que ser consideradas en la reunión general de los miembros del grupo. Los que salen en nombre del grupo, tienen que ser suficientemente autorizados por el grupo. Los compañeros darán cuenta del cumplimiento de lo que se les ha encargado.

5. DESTACAMENTO DE COMBATE La Conferencia propone a las organizaciones de las poblaciones la creación de destacamentos de combate por compañeros aptos para la actividad guerrera, para el cumplimiento de diversos problemas de carácter militar.

6. NOMBRE DE LA ORGANIZACIÓN Nuestras organizaciones sé llamarán: grupos y federaciones anarquistas Nabat. La Confederación se llamará: Confederación de organizaciones anarquistas de Ucrania, Nabat. (Aceptado por unanimidad).

VII. SOBRE LA AGITACIÓN Y PROPAGANDA Reconociendo toda la gran importancia de la propaganda y agitación anarquista planteada metódica y regularmente, indica la Conferencia en esta parte los próximos pasos a seguir.

1) Encarga al recientemente elegido secretariado de la Confederación de las organizaciones anarquistas de Ucrania, Nabat, organizar, anexo al mismo, la sección editora para la edición en breve de una serie de folletos y libros sobre los problemas teóricos y prácticos, [Una línea en blanco, falta “ del anarquismo. Por eso se propone al secretariado preparar”] esta edición de tal manera que llegue a interesar en ella a las grandes masas obreras y campesinas;

2) Encarga al secretariado continuar y ampliar, la obra empezada por el grupo iniciador de la edición del periódico (Nabat), haciendo todos los esfuerzos, para / - p. 27 - que este órgano sea lo más pronto posible semanal, y si las circunstancias lo permiten, diario. El periódico Nabat es reconocido hasta ahora como el órgano de la Confederación de organizaciones anarquistas de Ucrania.

3) Encarga al secretariado iniciar, lo más antes posible, la edición de la revista teórica periódica, bajo el título Put k Anarji [Camino hacia la anarquía] ;

4) Encarga al secretariado organizar, lo antes posible, la escuela de propagandistas;

5) Encarga al secretariado regularizar debidamente la distribución de periódicos y literatura en general por las fábricas, aldeas, etc.;

6) Recomienda al secretariado, como a las organizaciones de poblaciones, mantener un cierto control sobre la agitación y propaganda que se hagan en nombre dei anarquismo, y que muchas veces nada tienen que ver con el mismo;

7) Recomienda a las organizaciones de las poblaciones crear células propias de agitación y propaganda, dirigiéndose - toda vez que lo necesite - al secretariado en demanda de fuerzas, apoyo, consejo, etc.;

8) Encarga al secretariado que organice, en la primera oportunidad, una serie de conferencias públicas sobre el anarquismo.

La Conferencia cree que sería conveniente que la Confederación editaran [sic] un solo órgano común, para no desmenuzar las fuerzas y medios por los pequeños órganos de grupos. (Aceptado por unanimidad).

VIII. SOBRE LOS MEDIOS (Cuotas de miembros, subsidios, expropiaciones)

Expropiaciones No encerrando el problema sobre expropiaciones en la estrechez de los principios, y considerando, que la práctica de todo el movimiento anarquista pasado demostró lo inadecuado, perjudicial y funesto de este sistema, rechaza la Conferencia las expropiaciones por completo.

Atendiendo, sin embargo, las condiciones excepcional / - p. 28 - mente difíciles del trabajo ilegal en Ucrania y la necesaria ayuda de medios materiales para la favorable prosecución de esa obra, admite la Conferencia - en el útimo extremo - la realización de expropiaciones, pero con la condición única de que se realice con el conocimiento y control del secretariado y en el nombre de la Confederación; debiendo cada uno de estos casos ser publicados en el órgano de la Confederación.

Subsidio Atendiendo el.compromiso que se contrae al recibir subsidios, la Conferencia rechaza toda clase de subsidios por parte de partidos, instituciones u organizaciones no anarquistas.

Cuota de miembros Uno de los medios de obtención para los grupos, federaciones y Confederación de medios materiales necesarios para el trabajo de los mismos, puede servir - fuera de las donaciones - las regulares y voluntarias cuotas de los miembros. (Aceptado por unanimidad)

IX SOBRE LA ORGANIZACIÓN DEL MOVIMIENTO ANARQUISTA RUSO EN GENERAL

Considerando indispensable la unificación del movimiento anarquista de todos los países, encarga la Conferencia al secretariado de la Confederación tomar las medidas correspondientes para instaurar relaciones con organizaciones anarquistas del exterior. El primer paso en esta dirección, además de la propaganda de la idea de un anarquismo único en la prensa periódica y en la edición de folletos que se dediquen a agotar este tema, debe ser incluido en la orden del día del segundo congreso anarco-sindicalista de toda Rusia, a realizarse el 25 de noviembre, en Moscú, y en caso de su resolución definitiva, convocar, por los esfuerzos unidos, a un congreso de unificación de las organizaciones anarquistas de toda Rusia. La Conferencia encarga al secretariado de la Confederación preparar un informe sobre este problema, y presentarlo al congreso de los anarcosindicalistas, delegando, a este efecto, algunos de los miembros. (Aceptado por unanimidad) / - p. 29 -

X. LUCHA CONTRA EL ABUSO DEL NOMBRE ANARQUlSMO

1) Creyendo que, siendo la creación de grupos anarquistas en los principios que informa la resolución sobre este asunto, y la resolución de la Conferencia sobre las expropiaciones; motivada por diversos casos de abuso del nombre anarquismo, una garantía suficiente contra la intromisión en las organizaciones anarquistas de elementos no deseables, recomienda la Conferencia a los grupos de las poblaciones, tener presente todos estos hechos y darles la mayor publicidad posible, tanto oral como escrita.

2) La Conferencia considera que en manera alguna, en ningún caso pueden los anarquistas ocupar puestos en las comisiones extraordinarias (cheka), en la milicia civil y crimínal, tribunales, cárceles, comisiones investigadoras y otras instituciones similares. 3) Los anarquistas no pueden ser directores u ocupar puestos de responsabilidad en instituciones legislativas y otras que tengan un carácter burocrático y autoritario.

Negando el método de apoderamiento (de viviendas, materiales, etc.) por las organizaciones anarquistas la Conferencia lo justifica únicamente en el caso de la más extrema necesidad, no de otra manera que por la resolución de la reunión general de la organización, bajo su control y en las condiciones de utilizar lo tomado en el trabajo puramente de idea; debiendo, además, cada caso de expropiación, ser dado a la más amplia publicidad con la explicación de las causas que motivaron la necesidad de ella. (Aceptado por unanimidad) / - p. 30 -